domingo, 31 de agosto de 2014

Conclusiones Las infraestructuras de salud en el trabajo están insuficientemente desarrolladas (II)

Hay diversos modelos disponibles para la organización de servicios de salud en el trabajo y la creación de las correspon- dientes infraestructuras. La elección debe venir determinada por las características de la empresa, la disponibilidad de recursos en términos de finanzas, instalaciones y personal cualificado, los tipos de problemas previstos y los recursos disponibles en la comunidad. Es necesaria una mayor investigación sobre la adecuación de los diversos modelos a las distintas situaciones.
La prestación de servicios de salud en el trabajo de alta calidad suele requerir la intervención de una amplia gama de disciplinas de salud y seguridad, sanidad general y psicosocio- logía. El servicio ideal contaría con un equipo interdisciplinario en el que estuvieran representadas varias de estas disciplinas. No obstante, incluso este tipo de servicio necesita recurrir a fuentes externas cuando se requieren especialistas poco habituales. Pare hacer frente a la necesidad creciente de especialistas debe contratarse a un número suficiente de ellos, formarles y propor- cionarles la especialización en este campo necesaria para una eficacia óptima en el mundo laboral. Debe fomentarse la colabo- ración internacional para la recolección de la información disponible, el diseño de su aplicación en distintas circunstancias
y su difusión a través de redes ya establecidas muy promocionadas.
Las actividades de investigación en la materia han estado tradicionalmente centradas en áreas como la toxicología, la epidemiología y el diagnóstico y tratamiento de los problemas de salud. Se necesitan más investigaciones sobre la eficacia de los diversos modelos y mecanismos de prestación de servicios de salud en el trabajo, su eficiencia en términos de coste y su adap- tabilidad a las diferentes situaciones.
Los servicios de salud en el trabajo tienen diversas metas y objetivos, algunos de los cuales pueden requerir una reconside- ración, dado el constante cambio del mundo laboral, por parte de los organismos internacionales más autorizados y a la luz de los nuevos problemas en este campo y los nuevos modos de promover y proteger la salud de los trabajadores.
Los Convenios y Recomendaciones de la OIT sobre salud y seguridad en el trabajo, los planteamientos y normas que en ellos se establecen, las estrategias y resoluciones de la OMS y los programas internacionales de ambas organizaciones constituyen una sólida base para el trabajo en el ámbito nacional y para mejorar la cooperación internacional con el fin de desarrollar y perfeccionar los servicios y la práctica de la salud en el trabajo. Estos instrumentos y su correcta aplicación son especialmente necesarios en todo el mundo en la fase actual de rápido cambio de la vida de trabajo, de aplicación de nuevas tecnologías y de existencia de un riesgo creciente de establecer objetivos mate- riales y económicos a corto plazo con carácter prioritario sobre los valores de la salud y la seguridad.



sábado, 30 de agosto de 2014

Conclusiones Las infraestructuras de salud en el trabajo están insuficientemente desarrolladas (I)

Las infraestructuras de salud en el trabajo están insuficientemente desarrolladas para atender las necesidades de los trabajadores de todas las partes del mundo. La necesidad de disponer de servicios efectivos no está disminuyendo, sino aumentando. Los instru- mentos de la OIT sobre servicios de salud en el trabajo y las estrategias paralelas de la OMS constituyen una base útil para conseguir un importante desarrollo de dichos servicios, y deben ser utilizados por los países al establecer objetivos de la política para salvaguardar la salud y la seguridad profesionales de los trabajadores del país.
Los países en vías de desarrollo y los recién industrializados representan unos 8 de cada 10 trabajadores mundiales, de los cuales no más de un 5 % a un 10 % tienen acceso a servicios de salud en el trabajo adecuados. Si pudieran organizarse estos servicios y prestarse a todos los trabajadores, no sólo saldría ganando su salud, sino también el bienestar y el nivel socioeco- nómico de los países, sus comunidades y la totalidad de su pobla- ción. También se ayudaría a controlar los costes de la parte evitable del absentismo por enfermedad y la discapacidad y se contendría la escalada de los costes de la asistencia sanitaria y la seguridad social.
Existen directrices internacionales para conseguir unas polí- ticas y programas de salud en el trabajo eficaces, pero se no se aplican suficientemente en los ámbitos local y nacional. Debe fomentarse la colaboración entre los países y las organizaciones internacionales, así como entre los propios países, a fin de conse- guir el apoyo económico, técnico y profesional necesario para aumentar el acceso a los servicios de salud en el trabajo.
La gama y cantidad de servicios de salud en el trabajo necesa- rios en una empresa varían ampliamente en función de las circunstancias del país y de la comunidad, de la naturaleza del sector y los procesos y materiales empleados, y de las caracterís- ticas de la fuerza de trabajo. Debe darse la máxima prioridad a los servicios preventivos y conseguirse un nivel aceptable de calidad.

viernes, 29 de agosto de 2014

Perspectivas futuras de desarrollo de los servicios de salud en el trabajo (VII)

En resumen, durante la próxima década y en lo sucesivo los servicios de salud en el trabajo deberán hacer frente a retos formidables, aparte de las presiones económicas, políticas y sociales inherentes al cambio de las circunstancias nacionales e industriales. Entre ellos se encuentran los problemas asociados a las nuevas tecnologías de la información y a la automatización, las nuevas sustancias químicas y formas de energía física, los peligros de las nuevas biotecnologías, la reubicación y transfe- rencia internacional de tecnologías peligrosas, el envejecimiento de la población activa, los problemas sociales de grupos vulnera- bles tales como los enfermos crónicos y los discapacitados, así como el desempleo y las recolocaciones impuestos por la búsqueda de trabajo y la aparición de enfermedades hasta ahora desconocidas que pueden afectar a la población activa.

jueves, 28 de agosto de 2014

Interdependencia de los trabajadores.

. Los miembros de las pequeñas unidades son más dependientes entre sí. La ausencia de un trabajador por enfermedad, en especial si es prolongada, va a suponer una disminución sustancial de la productividad y a imponer una carga sobre los compañeros. Al mismo tiempo, la proximidad de los miembros de la unidad hace que la presión del grupo sea un estímulo más eficaz para participar en las actividades de promoción de la salud.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Culturas de trabajo comunes.

En las pequeñas organizaciones hay menos diversidad entre los trabajadores que en las organiza- ciones más grandes, lo que facilita el desarrollo de programas más cohesionados.

martes, 26 de agosto de 2014

Orientación familiar.

. Cuanto menor es la organización, más probable es que las empresas conozcan a sus trabajadores y familias. Ello puede facilitar que la promoción de la salud se convierta en un asunto empresa-familia por el que se creen vínculos y se promocione la salud.

lunes, 25 de agosto de 2014

Ventajas del lugar de trabajo pequeño

Aunque las pequeñas empresas afrontan importantes desafíos relacionados con los recursos financieros y administrativos, también tienen sus ventajas. Citemos algunas (Muchnick-Baku and Orrick 1992):

domingo, 24 de agosto de 2014

“No somos lo bastante grandes — carecemos del espacio necesario.”

.” Esto es cierto en la mayoría de las pequeñas organizaciones, pero no debe paralizar un buen programa. La empresa puede “hacerse con” programas ofrecidos al vecindario por hospitales locales, agencias de salud de voluntariado, grupos médicos y organiza- ciones de la comunidad, subvencionando la totalidad o una parte de los honorarios que no queden cubiertos por el plan de seguro de enfermedad colectivo. Muchas de estas actividades deben realizarse fuera del horario de trabajo, por la tarde o los fines de semana, con lo que se evita que los participantes tengan que abandonar el lugar de trabajo.

sábado, 23 de agosto de 2014

Receptores que responden a la presión cutánea constante (II)

El complejo formado por la neurita y la célula de Merkel transduce la energía mecánica en impulsos nerviosos. Aunque se conoce poco sobre el papel de la célula o sobre su mecanismo de transducción, se ha identificado un receptor de adaptación lenta. Esto significa que la presión sobre una cúpula táctil que contiene células de Merkel induce la producción de impulsos nerviosos en los receptores durante el tiempo de acción del estímulo. La frecuencia de estos impulsos aumenta en proporción a la intensidad del estímulo y así se informa al cerebro de la duración y magnitud de la presión sobre la piel.


viernes, 22 de agosto de 2014

Receptores que responden a la presión cutánea constante (I)

En la mano emergen, procedentes de una red nerviosa subcutánea denominada plexo nervioso subpapilar, fibras mielinizadas relativamente grandes (de 5 a 15 m de diámetro) que acaban en múltiples terminaciones nerviosas situadas en la unión de la dermis y la epidermis (Figura 11.19). En la piel con vello, estas terminaciones nerviosas terminan en estructuras superficiales visibles denominadas cúpulas táctiles; en la piel lampiña, las termi- naciones nerviosas se localizan en la base de las elevaciones cutáneas (como las que forman las huellas dactilares). En la cúpula táctil, cada extremo de la fibra nerviosa, o neurita, está contenida en una célula epitelial especial denominada célula de Merkel (véanse las Figuras 11.20 y 11.21).

jueves, 21 de agosto de 2014

RECEPTORES CUTANEOS (III)

Los mensajes producidos por los receptores pueden subdivi- dirse según la respuesta dada a una estimulación continua no variable: los receptores de adaptación lenta envían impulsos electroquímicos al sistema nervioso central durante el tiempo que dura un estímulo constante, mientras que los receptores de adaptación rápida reducen de forma gradual sus descargas en presencia de un estímulo constante, hasta que alcanzan un nivel basal bajo o cesan por completo, con lo que dejan de informar al sistema nervioso central sobre la presencia continua del estímulo.

Las sensaciones distintas de dolor, calor, frío, presión y vibra- ción se producen, por tanto, por la actividad sobre distintas clases de receptores sensoriales y sus fibras nerviosas correspon- dientes. Los términos “aleteo” y “vibración”, por ejemplo, se utilizan para distinguir dos sensaciones vibratorias ligeramente distintas codificadas por dos clases diferentes de receptores sensi- bles a la vibración (Mountcastle y cols. 1967). Las tres categorías importantes de sensación dolorosa conocidas como dolor punzante, quemante y sordo se han asociado con clases distintas de fibras aferentes nociceptivas. Sin embargo, esto no quiere decir que una sensación específica se relacione necesariamente sólo con una clase de receptor; a una sensación determinada puede contribuir más de una clase de receptores y, de hecho, las sensaciones pueden variar dependiendo de la contribución rela- tiva de las diferentes clases de receptores (Sinclair 1981).
El resumen precedente se basa en la hipótesis de la especifi- cidad de la función sensorial cutánea, formulada en primer lugar por el médico alemán Von Frey en 1906. Aunque en el siglo pasado se propusieron al menos otras dos teorías de igual o mayor aceptación, en la actualidad la hipótesis de Von Frey está respaldada por datos objetivos.

miércoles, 20 de agosto de 2014

RECEPTORES CUTANEOS (II)

Las diferentes clases de receptores cutáneos, como todos los receptores sensoriales, se definen de dos maneras: por sus estruc- turas anatómicas y por el tipo de señales eléctricas que envían por las fibras nerviosas. Los receptores de estructuras definidas reciben generalmente el nombre de sus descubridores. El número relativamente escaso de clases de receptores sensoriales que se encuentran en la piel puede dividirse en tres categorías principales: mecanorreceptores, receptores térmicos y nociceptores.
Todos estos receptores sólo pueden transmitir información acerca de un tipo de estímulo después de ser codificados en un lenguaje electroquímico particular. Estos códigos utilizan frecuencias y patrones variables de impulsos nerviosos que los científicos sólo han empezado a descifrar. De hecho, una rama importante de la investigación neurofisiológica está dedicada por entero al estudio de los receptores sensoriales y de las formas en que pueden traducir los estados de energía ambientales en códigos nerviosos. Una vez generados los códigos, estos se trans- miten al sistema nervioso central por las fibras aferentes, las células nerviosas que conectan con los receptores transmitiendo las señales al sistema nervioso central.

martes, 19 de agosto de 2014

RECEPTORES CUTANEOS (I)

La sensibilidad cutánea comparte los elementos principales de todos los sentidos básicos. Los receptores sensoriales, que son las terminaciones de unas células nerviosas especializadas, captan las propiedades del mundo exterior, como el color, el sonido o la vibración, y convierten estos datos en impulsos nerviosos. Estas señales se transmiten entonces al sistema nervioso central, donde se convierten en la base para interpretar el mundo que nos rodea. Es útil reconocer tres aspectos esenciales de estos procesos. Primero, la energía y los cambios del nivel de energía, sólo pueden percibirse por medio de un órgano sensorial capaz de detectar el tipo específico de energía en cuestión (por esto las microondas, los rayos X y la luz ultravioleta son peligrosas; no estamos preparados para detectarlas, de forma que incluso a niveles letales no podemos percibirlas). En segundo lugar, nuestras percepciones son necesariamente sombras imperfectas de la realidad, porque nuestro sistema nervioso central se limita a reconstruir una imagen incompleta de las señales que transmiten sus receptores sensoriales. Tercero, nuestros sistemas sensoriales nos aportan una información más exacta sobre los cambios en nuestro entorno que sobre las condiciones estáticas. Estamos bien dotados con receptores sensoriales para las luces parpa- deantes, o para las pequeñas fluctuaciones de temperatura que provoca una brisa ligera; sin embargo, nuestra capacidad senso- rial es menor para recibir información sobre una temperatura constante o una presión constante sobre la piel.
Tradicionalmente, la sensibilidad de la piel se divide en dos categorías: cutánea y profunda. Mientras que la sensibilidad profunda se sitúa en receptores localizados en el músculo, los tendones, las articulaciones y el periostio (membrana que rodea los huesos), la sensibilidad cutánea, a la que nos referimos aquí, se relaciona con la información recibida por los receptores loca- lizados en la unión de la dermis con la epidermis o cerca de ella. Todos los nervios sensoriales que unen los receptores cutáneos al sistema nervioso central tienen una estructura similar. El gran cuerpo celular se sitúa en un grupo de otros cuerpos celulares nerviosos denominado ganglio, cerca de la médula espinal, a la que se conecta por una rama pequeña que parte del tronco de la célula y que se denomina axón. La mayoría de las células nerviosas o neuronas que se originan en la médula espinal envían axones a los huesos, músculos, articulaciones o, en el caso de la sensibilidad cutánea, a la piel. De la misma forma que un cable aislado, todos los axones están recubiertos en su trayecto y terminaciones por capas protectoras de células conocidas como células de Schwann. Estas células producen una sustancia deno- minada mielina, que cubre el axón como una vaina. En el reco- rrido, cada ciertos intervalos existen minúsculos cortes en la mielina denominados nódulos de Ranvier. Finalmente, en el extremo del axón se hallan los componentes especializados en recibir y transmitir información sobre el ambiente externo: los receptores sensoriales (Mountcastle 1974).

lunes, 18 de agosto de 2014

Trabajadores de profesiones e industrias de alto riesgo

Aunque la silicosis es una enfermedad antigua, todavía se comu- nican nuevos casos en los países desarrollados y en desarrollo. A principios de siglo, la silicosis era una causa importante de morbi- lidad y mortalidad. Los trabajadores contemporáneos todavía están expuestos al polvo de sílice en diversas profesiones, y cuando las nuevas tecnologías carecen de un control adecuado del polvo, las exposiciones pueden llegar a ser más peligrosas que en un entorno de trabajo no mecanizado. Siempre que se altera la corteza terrestre o se utilizan o procesan rocas o arena que contiene sílice, existen riesgos respiratorios potenciales para los trabajadores. Siguen apareciendo informes de silicosis proce- dentes de industrias y entornos de trabajo no reconocidos previa- mente como de riesgo, lo que refleja la presencia prácticamente ubicua del sílice. De hecho, debido a la latencia y la cronicidad de este proceso, incluidos el desarrollo y la progresión de la silicosis una vez interrumpida la exposición, es posible que algunos traba- jadores con exposiciones actuales no manifiesten enfermedad hasta el próximo siglo. En muchos países del mundo, los trabajos de minería, canteras, construcción de túneles y galerías, limpieza por abrasión a chorro y fundición continúan presentando riesgos importantes de exposición al sílice, y siguen produciéndose epide- mias de silicosis, incluso en los países desarrollados.

domingo, 17 de agosto de 2014

Discusión SILICOSIS

La silicosis es una enfermedad pulmonar profesional atribuible a la inhalación de dióxido de silicio, comúnmente denominado sílice, en formas cristalinas, generalmente como cuarzo, pero también en otras formas cristalinas importantes de sílice, como la cristobalita y la tridimita. Estas formas también reciben el nombre de “sílice libre” para diferenciarlas de los silicatos. El contenido en sílice de las diferentes formaciones de roca, como la piedra arenisca, el granito y la pizarra, varía entre el 20 % y casi el 100 %.

sábado, 16 de agosto de 2014

SILICOSIS

La silicosis es una enfermedad fibrótica de los pulmones causada por la inhalación, retención y reacción pulmonar al sílice cristalino. A pesar de conocer la causa de este proceso —exposiciones respiratorias a polvos que contienen sílice—, esta enfermedad pulmonar profesional grave y potencialmente mortal sigue siendo prevalente en todo el mundo. El sílice, o dióxido de silicio, es el componente predominante de la corteza terrestre. La exposición ocupacional a partículas de sílice de tamaño respirable (diámetro aerodinámico de 0,5 a 5 m) se asocia a los trabajos de minería, canteras, perforación, construcción de túneles y limpieza mediante abrasión a chorro con materiales que contienen cuarzo (limpieza con arena). La exposición al sílice también supone un riesgo para los canteros y los trabajadores de cerámicas, fundiciones, tierras de sílice y materiales refractarios. Debido a que la exposición al sílice cristalino es muy extensa y a que la arena de sílice es un componente barato y versátil de numerosos procesos de fabricación, millones de trabajadores de todo el mundo están en riesgo de desarrollar la enfermedad, cuya verdadera preva- lencia se desconoce.

viernes, 15 de agosto de 2014

Discusión neumoconiosis

La información proporcionada por muchas disciplinas científicas sobre la etiopatogenia de las neumoconiosis es muy abundante. La principal dificultad actualmente reside en conjuntar los elementos dispersos del rompecabezas en vías de unificación de mecanismos que conduzcan a las lesiones fundamentales de las neumoconiosis. Sin esta necesaria integración, nos quedaríamos con el contraste entre unas cuantas lesiones fundamentales y muy numerosas reacciones bioquímicas y celulares.
Nuestro conocimiento de la etiopatogenia sólo ha tenido hasta la fecha una influencia limitada en la práctica de la higiene del trabajo, a pesar de la fuerte determinación de los higienistas de actuar de acuerdo a estándares con alguna importancia bioló- gica. Se incorporaron dos conceptos principales: la selección del tamaño de las partículas de polvo respirable y la dependencia de la toxicidad según el tipo de polvo. Este último concepto dio lugar a ciertos límites específicos de cada tipo de polvo. La valo- ración cuantitativa del riesgo, paso necesario para definir los límites de exposición, constituye un proceso complicado por varias razones, como son la diversidad de posibles índices de exposición, la escasa información acerca de exposiciones ante- riores, los problemas que nos encontramos con los modelos epidemiológicos al trabajar con múltiples índices de exposición y la dificultad para estimar la dosis a partir de la información sobre la exposición. Los límites de exposición actuales, que en ocasiones conllevan un grado considerable de incertidumbre, son probablemente suficientemente bajos para ofrecer buena protección. Sin embargo, las diferencias entre trabajadores observadas en las relaciones de exposición-respuesta reflejan nuestro control incompleto de este fenómeno.
El impacto del moderno concepto de la cascada de aconteci- mientos en la patogenia de la neumoconiosis no ha modificado el método tradicional de vigilancia de los trabajadores, pero ha mejorado de forma significativa la capacidad de diagnóstico médico precoz de la enfermedad (neumoconiosis), en un momento en que ésta sólo ha tenido un impacto limitado sobre la función pulmonar. Son sin duda los sujetos que se encuentran en las fases precoces los que deben ser identificados y retirados de exposiciones importantes adicionales si queremos conseguir prevenir la discapacidad mediante la vigilancia médica.

jueves, 14 de agosto de 2014

Progresión y complicaciones de las neumoconiosis (III)

En la actualidad, la progresión y la complicación de las neumoconiosis podría considerarse un aspecto clave para el tratamiento médico. La utilización de técnicas clásicas de investigación pulmonar se ha perfeccionado para la identificación precoz de esta enfermedad (Bégin y cols. 1992), en una fase en la que la neumoconiosis se limita a su manifestación radiológica, sin deterioro ni discapacidad. En un futuro cercano, es probable que dispongamos de una batería de marcadores biológicos paradocumentar fases incluso más precoces de esta enfermedad. La cuestión de si se debería permitir que un trabajador que ha sido diagnosticado de neumoconiosis —o del que se ha docu- mentado que se encuentra en las fases precoces de esta enfermedad— continuara su trabajo ha confundido durante algún tiempo a los encargados de tomar las decisiones en el ámbito de la salud del trabajo. Se trata de una cuestión de difícil respuesta en la que intervienen consideraciones éticas, sociales y científicas. Aunque se dispone de abundante información en la litera- tura médica sobre la inducción de la neumoconiosis, la información sobre la progresión de que disponen los responsa- bles de las decisiones es bastante escasa y en cierta medida confusa. Se hicieron algunos intentos de estudiar los papeles de variables como la historia de exposición, la retención de polvo, y el estado médico al inicio de la enfermedad. Las relaciones entre todas estas variables sin duda complican el problema. Existen recomendaciones para la detección selectiva y la vigilancia de la salud de los trabajadores expuestos a polvos minerales (Wagner 1996), y ya hay programas en marcha—o lo estarán—de acuerdo con ellas. Estos programas se beneficiarían claramente de un mejor conocimiento científico de la progre- sión, y en especial de la relación entre la exposición y las carac- terísticas de la retención.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Actividades de vigilancia de la salud y la seguridad en el trabajo

La vigilancia de la salud y la seguridad en el trabajo implica la realización de actividades tales como el control de los episodios peligrosos, las lesiones y los accidentes mortales en el trabajo. También incluye la vigilancia de las enfermedades profesionales y del medio ambiente de trabajo. Probablemente la recogida de información sobre lesiones y accidentes mortales en el trabajo resulte más fácil, puesto que estos episodios se definen y reconocen con bastante facilidad. Por el contrario, la vigilancia del estado de salud de los trabajadores, incluidas las enfermedades profesionales y la situación del medio ambiente de trabajo, plantea más dificultades.
Así pues, en el resto de este artículo se hará mención principalmente de la vigilancia de las enfermedades profesionales. Los principios y enfoques que en él se describen pueden aplicarse a la vigilancia de lesiones y accidentes mortales en el trabajo, que son también una causa muy importante de morbilidad y mortalidad en los trabajadores de los países en vías de desarrollo.
La vigilancia de la salud de los trabajadores en los países en vías de desarrollo no debe limitarse a las enfermedades profesionales, sino que ha de englobar también las enfermedades comunes de la población activa, ya que los principales problemas de salud no siempre son de origen profesional, sino que se deben a otras enfermedades comunes, sobre todo infecciosas, como la tuberculosis y las enfermedades de transmisión sexual. La información recogida será útil para planificar y asignar recursos de asistencia sanitaria para la promoción de la salud de la población activa.

martes, 12 de agosto de 2014

Problemas de vigilancia en los países en vías de desarrollo

Una vez aceptado que los países en vías de desarrollo necesitan un sistema de vigilancia de los problemas de salud y seguridad en el trabajo, su aplicación real suele estar plagada de dificultades. Estas dificultades proceden del control deficiente del desa- rrollo industrial, de la ausencia de legislación y servicios relacio- nados con la medicina del trabajo o su deficiente infraestructura, de la insuficiente formación de los profesionales de la higiene industrial, de la escasez de servicios médicos y de unos sistemas deficientes de notificación de enfermedades. Muchos países no disponen de información sobre la población activa ni sobre la población general, o dicha información es inadecuada.
Otro importante problema es que, en muchos países en vías de desarrollo, la higiene industrial no recibe una elevada prioridad en los programas nacionales de desarrollo.

lunes, 11 de agosto de 2014

Los efectos del trabajo en la salud son diferentes de los que se observan en los países desarrollados

La obtención de datos sobre los efectos en la salud es importante con vistas a la prevención y a la fijación de prioridades para las intervenciones destinadas a resolver los problemas de salud en el trabajo. Sin embargo, la mayor parte de los datos disponibles sobre morbilidad no son aplicables a los países en vías de desa- rrollo, por haberse obtenido en países desarrollados.
En los países en vías de desarrollo, los efectos para la salud de los riesgos en el lugar de trabajo pueden ser de naturaleza diferente que en los países desarrollados. Las enfermedades de origen clara- mente profesional, como la intoxicación por sustancias químicas o la neumoconiosis, causadas por elevados niveles de toxinas en el lugar de trabajo, siguen teniendo una elevada incidencia en aquéllos países, aunque se hayan reducido considerablemente en los paísesdesarrollados.
Por ejemplo, en el caso de la intoxicación por plaguicidas, los efectos agudos sobre la salud, o incluso la muerte, causados por exposiciones elevadas son motivo de gran preocupación en los países agrícolas en vías de desarrollo, mientras que en los países desarrollados tienen más importancia los efectos crónicos deri- vados de la exposición prolongada a dosis pequeñas de estos productos. De hecho, el coste de la morbilidad causada por las intoxicaciones agudas por plaguicidas es, en algunos países en vías de desarrollo, incluso mayor que el de otros problemas tradicionales de salud pública, como la difteria, la tosferina y el tétanos.
Así pues, también los países en vías de desarrollo necesitan algún sistema de vigilancia de la morbilidad profesional. La información obtenida será útil para evaluar la magnitud del problema, fijar la prioridad de las intervenciones, asignar recursos y evaluar posteriormente el impacto.
Lamentablemente, este tipo de información obtenida de las actividades de vigilancia no suele existir en los países en vías de desarrollo. Los programas de vigilancia que se utilizan en los países desarrollados no siempre son adecuados para ellos ni probablemente puedan adoptarse en su totalidad por los diversos problemas que dificultan las actividades de vigilancia.

domingo, 10 de agosto de 2014

VIGILANCIA EN LOS PAISES EN VIAS DE DESARROLLO

Se estima que más del 80 % de la población mundial habita en países en vías de desarrollo de Africa, Próximo Oriente, Asia, Sudamérica y Centroamérica. Estos países suelen encontrarse en situación de desventaja económica y muchos de ellos tienen una economía fundamentalmente rural y agrícola. Por lo demás, varían en muchos aspectos y presentan diferentes aspiraciones, sistemas políticas y nivel de desarrollo industrial. El estado de salud de su población suele ser peor que en el de los países desa- rrollados, reflejándose en la mayor tasa de mortalidad infantil y la menor esperanza de vida.
Existen varios factores que contribuyen a la necesidad de vigilar la salud y la seguridad en el trabajo en los países en vías de desarrollo. En primer lugar, muchos de ellos se están indus- trializando rápidamente y muchos de los nuevos sectores son de pequeño tamaño. En esa situación, los servicios de salud y segu- ridad en el trabajo suelen ser muy limitados o inexistentes. Por otra parte, estos países son con frecuencia los destinatarios de la transferencia de tecnología de países desarrollados. Algunas de los sectores más peligrosos que tienen dificultades para operar en países con una legislación más estricta y mejor aplicada en materia de higiene industrial se “exportan” a aquéllos.
En segundo lugar, en lo que respecta a la mano de obra, el nivel de estudio de los trabajadores suele ser menor en los países en vías de desarrollo y con frecuencia no se enseñan métodos de trabajo seguros. La mano de obra infantil suele ser más abun- dante. Los grupos correspondientes son relativamente más vulnerables a los riesgos para la salud en el trabajo. Además, el estado de salud inicial de los trabajadores suele ser peor.
Estos factores hacen que los trabajadores de los países en vías de desarrollo sean los más vulnerables del mundo y los que se enfrentan a los mayores riesgos para la salud en el lugar de trabajo.

sábado, 9 de agosto de 2014

Resumen En este artículo se ha descrito la finalidad de la vigilancia

En este artículo se ha descrito la finalidad de la vigilancia de los riesgos, los beneficios que pueden derivarse la misma y algunas de sus limitaciones. Asimismo, se han ofrecido varios ejemplos que demuestran la utilidad de esta información para la salud pública. Sin embargo, la vigilancia de los riesgos no debe sustituir a la vigilancia de las enfermedades no infecciosas. En 1977, un grupo de trabajo del NIOSH insistió en la interdependencia relativa de los dos principales tipos de vigilancia, declarando:
La vigilancia de los riesgos y la vigilancia de las enfermedades no pueden realizarse ignorando una a la otra. La correcta caracterización de los riesgos asociados a diferentes sectores o profesiones, junto con la información toxicológica y médica referente a los riesgos, puede señalar los sectores o grupos profesionales que deben ser objeto de una vigilancia epidemiológica (Craft y cols. 1977).

jueves, 7 de agosto de 2014

Efecto del trabajador sano

Es muy habitual que las cohortes de trabajadores presenten una tasa de mortalidad total menor que la población general, incluso aunque se encuentren en situación de mayor riesgo de mortalidad por ciertas causas como consecuencia de las exposiciones en el lugar de trabajo. Este fenómeno, llamado efecto del trabajador sano, refleja el hecho de que el estado de salud de cualquier subgrupo de la población activa suele ser, en conjunto, mejor que el de la población general, ya que ésta incluye tanto a los trabajadores como a todo tipo de personas incapacitadas para el trabajo como consecuencia de enfermedades y discapacidades. La tasa global de mortalidad en la población general suele ser mayor que en la población activa. La magnitud de este efecto varía según la causa de mortalidad.

Por ejemplo, parece tener una menor importancia para el cáncer en general que para la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. La razón de ello es que la mayoría de los cánceres no son probablemente la consecuencia de una predisposición que actúe como criterio para la selección de los trabajadores a una edad más joven. Este efecto del trabajador sano tiende a dismi- nuir con el tiempo en cualquier grupo de trabajadores.

miércoles, 6 de agosto de 2014

La tasa de mortalidad relativa estandarizada

es la media ponderada de las tasas relativas específicas por edades, en donde los coeficientes de ponderación (es decir, personas-tiempo en situación de riesgo) se obtienen del grupo del estudio y las tasas se observa ninguna tendencia. Entre las pruebas estadísticas utilizadas para evaluar la relación entre obtienen de la población de referencia, es decir, la situación contraria a la de otras tasas relativas estandarizadas. La pobla- ción habitual de referencia es la población general, cuyas tasas de mortalidad pueden conocerse fácilmente y cuyo tamaño hace que dichas tasas sean más estables que las tasas de una cohorte o subgrupo no expuesto de la población de trabajadores estu- diada. La estandarización indirecta consiste en utilizar los coefi- cientes de ponderación de la cohorte en lugar de los de la población de referencia. La tasa de mortalidad relativa estanda- rizada es el cociente entre el número observado de muertes en una cohorte y el número esperado, calculándose éste a partir de las tasas de la población de referencia (el cociente suele multipli- carse por 100 para su presentación). Cuando no existe asocia- ción, la tasa de mortalidad relativa estandarizada es igual a 100. En general no se puede comparar dos o más tasas de mortalidad relativas estandarizadas, ya que las tasas se obtienen de la pobla- ción de referencia pero los coeficientes de ponderación se obtienen del grupo del estudio. Esta incapacidad de establecer comparaciones suele olvidarse en la interpretación de los datos epidemiológicos, con el resultado de que pueden extraerse conclusiones erróneas.
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martes, 5 de agosto de 2014

Una tasa relativa estandarizada

Una tasa relativa estandarizada es el cociente entre dos tasas estandarizadas. En otras palabras, una tasa relativa estandarizada es la media ponderada de las tasas relativas por estratos, de manera que los coeficientes de ponderación para cada estrato corresponden a la distribución de personas-tiempo en el grupo no expuesto o de referencia. Las tasas relativas de dos o más grupos puede compararse cuando se utilizan los mismos coeficientes de ponderación. Pueden construirse intervalos de confianza tanto para las tasas relativas como para las tasas relativas estandarizadas.

lunes, 4 de agosto de 2014

Estandarización

Para tener en cuenta otros factores además de la principal exposición de interés y la enfermedad, las medidas de la asociación pueden estandarizarse mediante técnicas de estratificación o regre- sión. La estratificación consiste en dividir la población en grupos homogéneos con respecto a un factor (p. ej., sexo, edad, taba- quismo). Seguidamente se calculan los riesgos relativos o índices de probabilidades para cada estrato, así como las medias globales ponderadas de los riesgos relativos o índices de probabilidades. Estos valores globales reflejan la asociación entre la exposición principal y la enfermedad ajustada al factor de estratificación; es decir, la asociación una vez eliminados los efectos del factor de estratificación.

domingo, 3 de agosto de 2014

Organización Mundial del Comercio

La Organización Mundial del Comercio (OMC), creada en 1995 como resultado de la Ronda de Uruguay de negociaciones sobre comercio multilateral, es la entidad sucesora del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), que data de finales de los años 40. La OMC constituye la base jurí- dica e institucional del sistema de intercambio comercial multila- teral en el mundo. Su objetivo es promover el libre comercio internacional, no sólo de mercancías (como en el caso del GATT), sino también de servicios y de la propiedad intelectual. Asimismo, esta entidad se propone explícitamente contribuir al avance del desarrollo, sobre todo en los países donde éste es menor.
La OMC se ha diseñado para fomentar el comercio y cues- tiones afines como la salud y la seguridad en el trabajo sólo se abordan en la medida en que pueden perjudicar al librecambio. Hay dos Acuerdos relacionados con este tema. El Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, que comprende disposiciones relativas a la seguridad de los alimentos y a la salud animal y vegetal, permite a los países promulgar este tipo de disposiciones, pero exige que tengan una base científica, que se apliquen únicamente en la medida necesaria para proteger la salud y la vida humana, animal y vegetal,
y que no den lugar a una discriminación arbitraria entre Estados miembros. Aunque se anima a éstos a basar sus disposiciones en las normas internacionales, se les autoriza a establecer otras más estrictas si análisis científicos y evaluaciones de riesgos así lo justifican.
El Acuerdo sobre Barreras Técnicas al Comercio refuerza estos preceptos. Su objetivo es evitar que las normas y disposiciones técnicas planteen obstáculos innecesarios al comercio. Con este fin, se ha establecido un código de buenas prácticas relativo a la promulgación de normas y se exige que éstas sean aplicadas equitativamente a productos nacionales e importados.
Aunque los dos Acuerdos anteriores aluden fundamentalmente a las normas sobre medio ambiente, calidad de los alimentos y cuestiones farmacéuticas, es posible aplicarlos a la regulación de la salud y la seguridad en el trabajo. En la declaración sumaria de la asamblea de la OMC celebrada en Marrakech en 1995 se prevé la constitución de un equipo dedicado al análisis de las Normas Internacionales del Trabajo. No obstante, la OMC ha evitado hasta el momento abordar cuestiones de salud y segu- ridad en el trabajo y varios gobiernos miembros, sobre todo de los países en desarrollo, han defendido que la salud de los traba- jadores siga siendo una prerrogativa nacional desvinculada de consideraciones de comercio internacional. Por tanto, la OMC no ha contribuido hasta la fecha al progreso de la salud y la seguridad en el trabajo.

sábado, 2 de agosto de 2014

RESPONSABILIDAD RESPECTO A LOS • PRODUCTOS Y TRASLADO DE RIESGOS INDUSTRIALES

Las empresas multinacionales (EMN) dominan la fabricación y comercialización de sustancias químicas y otros productos que presentan riesgos para la salud y la seguridad en el trabajo. Estas empresas tienen una experiencia prolongada pero variable en el control de dichos riesgos y algunas han formado amplias plantillas y desarrollado numerosos procedimientos con este fin. Dada la tendencia al aumento de los acuerdos de libre comercio, se prevé que el dominio de las EMN se amplíe y, por tanto, se reduzca el número de empresas de propiedad pública y privada. Resulta oportuno, por tanto, considerar el papel desempeñado por las EMN en el marco de su expansión actual en todo el mundo, sobre todo en los países que, hasta la fecha, han dedicado escasos recursos a la protección del trabajador y del medio ambiente.
El Consejo de la Industria Química Europea (CEFIC), en sus Directrices sobre transferencia de tecnología (Aspectos de seguridad, salud y medio ambiente) señala que la tecnología transferida debe satis- facer unos requisitos de seguridad y protección de la salud y del medio ambiente iguales a los del proveedor y equivalentes a los exigidos en las instalaciones de su sede (CEFIC 1991). Esta medida parece especialmente aplicable a las filiales de las EMN repartidas por el mundo.

viernes, 1 de agosto de 2014

Conclusión Los acuerdos de libre comercio se diseñan fundamentalmente para reducir las barreras al comercio

Los acuerdos de libre comercio se diseñan fundamentalmente para reducir las barreras al comercio y, en su mayoría, no abordan cuestiones como la salud y la seguridad de los trabaja- dores (véase el recuadro). En Europa, el libre comercio ha evolucionado a lo largo de varias décadas hasta convertirse en un proceso en el que se otorga a los aspectos sociales una impor- tancia inusual. Las organizaciones europeas responsables de la salud y la seguridad en el trabajo reciben una financiación adecuada, cuentan con la representación de todos los sectores y pueden aprobar directivas vinculantes para sus Estados miem- bros; obviamente, esta situación es la más avanzada en materia de salud de los trabajadores de todos los acuerdos de libre comercio del mundo. En América del Norte, el TLC contempla un proceso detallado de resolución de conflictos aplicable también a las cuestiones de salud y seguridad en el trabajo, pero pocas iniciativas más para mejorar las condiciones de trabajo en los tres Estados miembros. Otros pactos comerciales regionales no han incorporado ninguna iniciativa de este tipo.
La integración económica de los países del mundo progresa impulsada por los rápidos avances de las comunicaciones, el transporte y las estrategias de inversión de capital. Los acuerdos de libre comercio rigen una parte, pero no todo el comercio creciente entre países. Los cambios en las pautas comerciales y la expansión del comercio internacional tienen consecuencias fundamentales para la salud y la seguridad de los trabajadores. Es esencial vincular las cuestiones comerciales con las de salud y seguridad en el trabajo utilizando los acuerdos de libre comercioy otros instrumentos, a fin de garantizar que los avances en el comercio se acompañen de una mejora en la protección de los trabajadores.