domingo, 30 de marzo de 2014

Fármacos y medicamentos

Numerosos fármacos y medicamentos se han relacionado con alteraciones del gusto (Frank, Hettinger y Mott 1992; Mott, Grushka y Sessle 1993; Della Fera, Mott y Frank 1995; Smith y Burtner 1994) y se mencionan en este artículo por su posible asociación a exposiciones profesionales durante el proceso de fabricación. Se han descrito alteraciones del gusto con los siguientes fármacos: antibióticos, anticonvulsivantes, hipolipe- miantes, antineoplásicos, psicofármacos, antiparkinsonianos, anti- tiroideos, fármacos para la artritis, para las enfermedades cardiovasculares y fármacos para la higiene dental.
El posible lugar de acción de los fármacos sobre el sistema del gusto es variable. A menudo, el fármaco es degustado directa- mente durante la administración oral; el sabor también puede corresponder al propio fármaco o a sus metabolitos después de excretarse con la saliva. Numerosos fármacos, por ejemplo, los anticolinérgicos o algunos antidepresivos, provocan sequedad oral y afectan al gusto por una presentación inadecuada de la sustancia sápida a las células gustativas a través de la saliva. Algunos fármacos pueden afectar a las células gustativas directamente. Como estas últimas tienen un alto índice de recambio, son especialmente vulnerables a los fármacos que interrumpen la síntesis de proteínas, como los fármacos antineoplásicos. Se cree también que puede existir un efecto sobre la transmisión de impulsos por los nervios gustativos o en las células ganglionares, o un cambio en el procesado de los estímulos en los centros gustativos superiores. Se ha descrito disgeusia metálica con el litio, posiblemente a causa de transformaciones en los canales iónicos de los receptores. Los fármacos antitiroideos y los inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (p. ej., capto- pril y enalapril) son causas bien conocidas de alteraciones del gusto, posiblemente por la presencia de un grupo sulfhidrilo
(-SH) (Mott, Grushka y Sessle 1993). Otros fármacos con grupos -SH (p. ej., metimazol, penicilamina) provocan también altera- ciones del gusto. Los fármacos que afectan a los neurotransmi- sores podrían alterar también la percepción del gusto.
No obstante, los mecanismos de alteración del gusto varían, incluso dentro de la misma clase de fármacos. Por ejemplo, una micosis oral podría causar las alteraciones del gusto posteriores al tratamiento con tetraciclina. De forma alternativa, el aumento de la concentración de nitrógeno ureico en sangre, asociado al efecto catabólico de las tetraciclinas, puede provocar un sabor metálico o parecido al amoníaco.
Entre los efectos secundarios del metronidazol figuran una alteración del gusto, náuseas y una distorsión selectiva del sabor de las bebidas alcohólicas y carbonatadas. A veces se producen neuropatía periférica y parestesias. Se cree que el fármaco y sus metabolitos afectan directamente a la función de los receptores gustativos y a las células sensoriales.

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