domingo, 1 de junio de 2014

VIGILANCIA DE LOS RIESGOS • PROFESIONALES (I)

Se denomina vigilancia de los riesgos el proceso mediante el cual se evalúan la distribución y las tendencias seculares de los niveles de uso y exposición a los riesgos de enfermedad y lesión (Wegman 1992). En el contexto de la salud pública, la vigilancia de los riesgos consiste en la identificación de los procesos de trabajo o los trabajadores expuestos a altos niveles de riesgos específicos en determinados sectores como base para las intervenciones de salud pública exige la demostración previa de una relación clara entre la exposición y el resultado. De esa forma, la vigilancia puede justificarse partiendo del supuesto de que la reducción de la exposición dará lugar a una menor incidencia de la enfermedad. El uso adecuado de la información derivada de la vigilancia de los riesgos permite intervenir a tiempo y prevenir enfermedades profesionales. Su principal ventaja es, por consiguiente, que elimina la necesidad de esperar a que se produzcan casos de enfermedad evidente o incluso de muerte antes de adoptar medidas para la protección de los trabajadores.
La vigilancia de riesgos ofrece al menos otras cinco ventajas, que se complementan con las de la vigilancia de enfermedades. En primer lugar, la identificación de episodios peligrosos suele ser mucho más fácil que la identificación de casos de enferme- dades profesionales, especialmente cuando éstas tienen largos períodos de latencia, como ocurre con el cáncer. En segundo lugar, al centrarse en los riesgos (no en las enfermedades) tiene la ventaja de dirigir la atención a exposiciones que terminarán por ser controladas. Por ejemplo, la vigilancia del cáncer de pulmón puede basarse en su incidencia en los trabajadores del amianto. Sin embargo, una importante proporción de los casos de cáncer de pulmón en esta población podría deberse al consumo de tabaco, ya sea como un factor independiente o como un factor que interactúa con la exposición al amianto, de manera que es posible que tenga que estudiarse a un gran número de trabaja- dores para detectar un pequeño número de cánceres relacio- nados con el amianto. Por otra parte, la vigilancia de la exposición al amianto podría facilitar información sobre los niveles y pautas de exposición (puestos de trabajo, procesos o industrias) en los lugares de trabajo en los que existe un control más deficiente. Así, aunque no se hiciera un recuento real de los casos de cáncer de pulmón, podrían adoptarse las medidas adecuadas para reducir o eliminar la exposición.

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