martes, 10 de junio de 2014

Trastornos olfatorios Conceptos generales

El olfato se altera cuando las sustancias olorosas no pueden alcanzar los receptores olfatorios o cuando el tejido olfatorio está lesionado. La hinchazón que producen la rinitis, la sinusitis o los pólipos puede impedir el acceso de las sustancias olorosas. Los siguientes trastornos pueden provocar lesiones: inflamación de las cavidades nasales; destrucción del neuroepitelio olfatorio por diversos agentes; traumatismos craneales; y transmisión de agentes a través de los nervios olfatorios hacia el cerebro con la consiguiente lesión del área olfatoria del sistema nervioso central. En las actividades laborales se encuentra una gran variedad de agentes y de situaciones potencialmente dañinas (Amoore 1986; Cometto-Muñiz y Cain 1991; Shusterman 1992; Schiffman y Nagle 1992). Según datos publicados recientemente, obtenidos con las respuestas de 712.000 personas entrevistadas en la Encuesta sobre el Olor de National Geographic, el trabajo en las fábricas deteriora el sentido de olfato; se comprobó que en los trabajadores de fábricas, tanto hombres como mujeres, el sentido del olfato se hallaba deteriorado y las pruebas demostraron una disminución de la capacidad olfatoria (Corwin, Loury y Gilbert 1995). Específicamente, se describieron más exposiciones químicas y traumatismos craneales que en los trabajadores de otros ámbitos laborales.
Cuando se sospecha un trastorno olfatorio profesional, puede ser difícil identificar al agente causal. Los conocimientos actuales sobre este tema se han obtenido con series pequeñas e informes de casos aislados. Es importante señalar que en pocos estudios se menciona la exploración de las fosas nasales y de los senos para- nasales. La mayoría se basan en los antecedentes olfatorios del paciente, más que en pruebas del sistema del olfato. Un factor adicional que complica la evaluación es la alta prevalencia de trastornos olfatorios no relacionados con la actividad laboral en la población general, la mayoría causados por infecciones víricas, procesos alérgicos, pólipos nasales, sinusitis o traumatismos craneales. Sin embargo, algunos de estos son más comunes en el medio ambiente de trabajo y se comentarán con detalle en este capítulo.

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