martes, 16 de julio de 2013

Modelo colectivo o interempresas

Compartir los servicios de salud en el trabajo entre un grupo de pequeñas o medianas empresas es una práctica muy extendida en países industrializados como Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca, los Países Bajos, Francia y Bélgica, que permite a las empresas demasiado pequeñas para mantener servicios propios disfrutar las ventajas de un servicio global bien dotado de personal y de equipamientos. El Plan Slough, organizado hace algunas décadas en una comunidad industrial de Inglaterra, aplicó por primera vez este tipo de sistema. En el decenio de 1980 se realizaron interesantes experiencias en Suecia, que resultaron viables y especialmente útiles para empresas medianas, y algunos países, tales como Dinamarca, han tratado de aumentar el tamaño de estos servicios compartidos para permitir que presten una gama más amplia de servicios, en lugar de dividirlos en pequeñas unidades monodisciplinarias.
Un frecuente inconveniente del modelo colectivo en compara- ción con el de servicios internos propio de las empresas de mayor tamaño es la distancia entre el lugar de trabajo y el de ubicación del servicio de salud en el trabajo, lo que resulta importante no sólo en casos de primeros auxilios para las lesiones más graves (a veces resulta más conveniente enviar directamente a los afectados a un hospital local, prescindiendo del servicio de salud), sino también porque se suele perder más tiempo cuando el trabajador tiene que acudir al servicio en horas de trabajo. Otro problema surge cuando las empresas participantes no son capaces de aportar fondos suficientes para mantener el servicio, que se ve abocado al cierre al desaparecer las subvenciones públicas o de fundaciones privadas que apoyan en ocasiones su establecimiento.

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