miércoles, 3 de julio de 2013

DISTROFIA UNGUEAL PROFESIONAL* (III)

La uña puede lesionarse por la aplicación directa de ciertas preparaciones cosméticas, como cubrientes de base que se utilizan bajo el barniz, endurecedores ungueales y cubiertas sintéticas.
Algunas profesiones concretas son más propensas a las lesiones ungueales. Se han comunicado casos de distrofia por la manipulación de los pesticidas paraquat y diquat, que contienen dipiridilio concentrado. Durante la fabricación de dióxido de selenio, un polvo fino de esta sustancia puede penetrar bajo el borde del cuerpo ungueal y provocar irritación intensa y necrosis de las yemas de los dedos, con lesión del cuerpo ungueal. Debe prevenirse a los trabajadores de este peligro y aconsejarles que se limpien las zonas subungueales de los dedos todos los días.
Algunos tipos de dermatitis de contacto alérgica de las yemas de los dedos suelen provocar distrofia ungueal secundaria. Seis sustancias sensibilizantes comunes son:

1. ametocaína y otros anestésicos locales químicamente relacio- nados, utilizados por los cirujanos dentales;
2. formalina empleada por los ayudantes de laboratorio y el personal de depósitos de cadáveres, museos y centros anatómicos;
3. ajos y cebollas utilizados por los cocineros;
4. bulbos de tulipanes y flores, manejados por horticultores y floristas;
5. resina p-tert-butilfenol formaldehído, utilizada por los fabricantes de calzados y por los zapateros;
6. aminoetiletanolamina, empleada en algunos flujos de aluminio.
El diagnóstico puede confirmarse con una prueba del parche positiva. Al cesar el contacto, la piel y las uñas recuperan su estado normal.

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