miércoles, 13 de marzo de 2013

Artritis reumatoide

Alrededor del 1 % de la población adulta padece artritis reumatoide. El comienzo de la enfermedad se suele situar entre los 30 y los 50 años de edad, con un riesgo tres veces mayor en el sexo femenino. La prevalencia de la enfermedad aumenta en las poblaciones de más edad.
La causa de la artritis reumatoide se desconoce. No es hereditaria, aunque los factores genéticos aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad. Además de uno o varios factores genéticos, se cree que algunos factores desencadentes ambientales pueden intervenir en su patogenia, y se sospecha muy especialmente de las infecciones víricas o bacterianas.
La artritis reumatoide suele tener un comienzo gradual. Es típico que el paciente presente una hinchazón leve de las pequeñas articulaciones de los dedos, así como hiperestesia de los pies, manifestada de forma simétrica. Por ejemplo, si están afectadas las articulaciones de una mano, es probable que también lo estén las mismas articulaciones de la otra mano. El principal síntoma es la rigidez matinal de manos y pies. El paciente a menudo tiene fatiga, y puede presentar febrícula. Los datos de laboratorio muestran signos de inflamación (velocidad de eritrosedimentación y nivel de proteína C reactiva elevados)
y, a menudo, de anemia ligera. Alrededor del 70 % de los pacientes tienen factor reumatoide circulante (autoanticuerpo frente a la inmunoglobulina de clase IgG). En los casos precoces, la exploración radiológica de manos y pies a menudo es normal, pero posteriormente la mayoría de los pacientes presentan signos radiológicos de destrucción articular (erosiones). El diag- nóstico de artritis reumatoide se basa en una mezcla de hallazgos clínicos, analíticos y radiológicos (véase la Figura 6.24). Las enfermedades que con más frecuencia causan problemas de diagnóstico diferencial son las enfermedades articulares degenerativas de las manos, las artritis secundarias a infecciones, las espondiloartropatías y algunas enfermedades raras del tejido conjuntivo (Guidelines 1992).
La educación del paciente para disminuir la carga de trabajo en las articulaciones, la utilización de dispositivos ergonómicos, el empleo de calzado adecuado y el tratamiento correcto de las infecciones constituyen la base de las medidas preventivas. Las directrices del tratamiento se dan en la Tabla 6.9.




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