miércoles, 2 de enero de 2013

Informes de los laboratorios

Los laboratorios clínicos pueden constituir una excelente fuente de información sobre la presencia de niveles excesivos de una serie de toxinas en los líquidos corporales. Ofrecen la ventaja de que pueden informar puntualmente sobre dichas alteraciones, sobre los programas de control de calidad existentes y sobre los requisitos que les impongan los organismos públicos para la concesión de la correspondiente licencia a los laboratorios. En Estados Unidos, muchos estados les exigen la notificación de los resultados de los análisis practicados en una serie de muestras. Los agentes de uso industrial sometidos a este requisito de notificación son el plomo, el arsénico, el cadmio y el mercurio, así como las sustancias que reflejan exposición a plaguicidas.
(Markowitz 1992).
En Estados Unidos, el National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH) empezó en 1992 a recopilar los resultados de los análisis de los niveles plasmáticos de plomo en adultos dentro del programa de Vigilancia y Epidemiología del Plomo en la Sangre de Adultos (Chowdhury, Fowler y Mycroft 1994). A finales de 1993, 20 estados que representaban el 60 % de la población de Estados Unidos exigían ya la notificación al NIOSH de los niveles plasmáticos elevados de plomo y otros
10 estados estaban desarrollando un sistema de recogida y notificación de datos al respecto. En 1993 había 11.240 adultos con niveles plasmáticos de plomo iguales o superiores a 25 microgramos por decilitro de sangre en los 20 estados que exigían su notificación. La gran mayoría de las personas afec- tadas (más del 90 %) se veían expuestas al plomo en sus respec- tivos lugares de trabajo. Casi la cuarta parte de ellas (3.199) presentaban niveles plasmáticos superiores o iguales a 40 ug/dl, el límite umbral al que la Occupational Safety and Health Admi- nistration exige la adopción de medidas para proteger a los trabajadores contra la exposición al plomo en el lugar de trabajo. La notificación de elevados niveles de toxinas al correspondiente departamento estatal de salud puede ir seguida por investigaciones de salud pública. Las entrevistas confidenciales para el seguimiento de las personas afectadas permiten la rápida identificación de los lugares de trabajo en el que se produce la exposición, la clasificación del caso según el trabajo y el sector industrial, la estimación del número de otros trabajadores poten- cialmente expuestos en ese lugar de trabajo y la garantía de un seguimiento médico adecuado (Baser y Marion 1990). Tras las visitas al lugar de trabajo, pueden recomendarse medidas volun- tarias para reducir la exposición o, en caso necesario, informar a las autoridades competentes para que obliguen a aplicar la ley.

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