lunes, 26 de marzo de 2012

Encuestas oficiales (I)

En algunos países, las empresas están obligadas a declarar las lesiones y enfermedades profesionales que tienen lugar en sus instalaciones. Al igual que cualquier otra información sobre el lugar de trabajo, como la relativa al número de trabajadores, los salarios o las horas extraordinarias, los datos sobre lesiones y enfermedades son recopilados a veces sistemáticamente por organismos públicos para fines vinculados a la vigilancia de la salud en el trabajo.
En Estados Unidos, la Oficina de Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statistics, BLS) del Departamento de Trabajo publica desde 1972 la Annual Survey of Occupational Injuries and Illnesses (Encuesta anual de lesiones y enfermedades profesio- nales), en cumplimiento de lo previsto por la Ley sobre la salud y seguridad en el trabajo (BLS 1993b). La encuesta facilita las cifras y tasas de enfermedades y lesiones de origen profesional declaradas por las empresas privadas (BLS 1986). De ella se excluyen las explotaciones agrícolas con menos de 11 trabaja- dores, los trabajadores autónomos y los trabajadores de la admi- nistración local, estatal y federal. La última encuesta se realizó en 1992 y refleja los datos del cuestionario administrado a una muestra aleatoria estratificada de unas 250.000 empresas del sector privado en Estados Unidos (BLS 1994).

Las empresas rellenan el cuestionario de la encuesta de la BLS basándose en el registro escrito de lesiones y enfermedades profesionales que tienen obligación de mantener de acuerdo con lo exigido por la Occupational Safety and Health Administra- tion (OSHA) (Registro 200 de la OSHA). Dicho registro ha de mantenerse a disposición de cualquier inspector de la OSHA, aunque no exista la obligación legal de remitirlo a ésta, salvo en el caso de las empresas incluidas en la muestra de la encuesta anual de la BLS (BLS 1986).

domingo, 25 de marzo de 2012

Registros y otras fuentes de datos específicas sobre las enfermedades profesionales

Los registros internacionales de enfermedades profesionales constituyen un importante avance en el campo de la salud en el trabajo. Su ventaja evidente es que permiten realizar grandes estudios para determinar el riesgo de enfermedades poco frecuentes. En el decenio de 1980 se crearon dos registros internacionales de enfermedades profesionales.

La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) creó en 1984 el Registro Internacional de Personas Expuestas a Fenoxiherbicidas y Contaminantes (IARC 1990). En 1990 había inscritos 18.972 trabajadores de 19 cohortes en diez países. Por definición, todos ellos trabajaban en industrias que utilizaban fenoxiherbicidas y/o clorofenoles, principalmente industrias de fabricación/formulación de estas sustancias o usuarias de las mismas. Aunque ya se ha estimado la exposición en estas cohortes (Kauppinen y cols. 1993), todavía no se han publicados los análisis de la incidencia y mortalidad por cáncer.
Bennet, de ICI Chemicals and Polymers Limited, está organi- zando en Inglaterra un registro internacional de casos de angio- sarcoma del hígado (ASH). La exposición profesional al cloruro de vinilo es la única causa conocida de esta enfermedad. Los casos son declarados por un grupo voluntario de científicos en empresas que fabrican cloruro de vinilo, organismos públicos y universidades. En 1990, se declararon a este registro 157 casos de ASH diagnosticados entre 1951 y 1990 en 11 países o regiones. Como puede observarse en la Tabla 32.1, la mayoría de los casos registrados corresponden a países en los que la fabricación de cloruro de polivinilo se inició antes de 1950. Asimismo, se han registrado seis agrupamientos de diez o más casos de ASH en instalaciones de Norteamérica y Europa (Bennett 1990).


sábado, 24 de marzo de 2012

Obstáculos para la identificación de enfermedades profesionales (II)

Otra causa de la frecuente subestimación de las enfermedades profesionales es que nunca se ha evaluado la toxicidad potencial de la mayoría de las sustancias químicas existentes en el mercado. En un estudio del National Research Council de Estados Unidos realizado en el decenio de 1980, se constató la ausencia de información sobre la toxicidad de aproximadamente el 80 % de las 60.000 sustancias químicas de uso comercial.


Incluso en el caso de las sustancias sometidas a una regulación más estricta y sobre las que existe más información —medicamentos y aditivos alimentarios— sólo está razonablemente completa la información sobre los posibles efectos adversos de un pequeño número de agentes (NRC 1984).
En ocasiones, los trabajadores tienen dificultades para obtener información exacta sobre las exposiciones tóxicas en que se ven envueltos. A pesar de las mejoras que se han introducido en algunos países, como en Estados Unidos en el decenio de 1980, muchos trabajadores no están informados sobre la naturaleza
peligrosa de los materiales que manipular. Incluso cuando disponen de esa información, el nivel de exposición a distintos agentes en los diferentes puestos de trabajo que ocupa una persona a lo largo de toda su vida profesional puede ser difícil de determinar. Como resultado, incluso los proveedores de asis- tencia sanitaria más sensibilizados respecto a la necesidad de obtener información profesional de sus pacientes pueden verse incapaces de hacerlo.
Las empresas constituyen una excelente fuente de informa- ción sobre las exposiciones profesionales y la aparición de enfer- medades relacionadas con el trabajo. Sin embargo, muchas de ellas carecen de los conocimientos especializados necesarios para evaluar el nivel de exposición en el lugar de trabajo o para determinar si una enfermedad está relacionada con el trabajo. Por otra parte, los desincentivos económicos ligados al hallazgo del origen profesional de una enfermedad puede desalentarles de hacer un uso adecuado de esa información. El posible conflicto de intereses entre la salud financiera de la empresa y la salud física y mental de los trabajadores representa un importante obstáculo para la mejora de la vigilancia de las enferme- dades profesionales.

viernes, 23 de marzo de 2012

Evaluación de la exposición (I)

Si el epidemiólogo sabe únicamente que una persona trabajaba en un determinado sector industrial, los resultados de su estudio sólo podrán relacionar los efectos sobre la salud con dicho sector. Si dispone de datos sobre la exposición de los trabajadores según su profesión, sólo podrá extraer directamente conclusiones en lo que se refiere a la profesión. Se pueden hacer inferencias indirectas sobre las exposiciones a sustancias químicas, aunque es preciso determinar su fiabilidad en cada caso. Sin embargo, cuando el epidemiólogo tiene acceso, por ejemplo, a información sobre el departamento o/y a la descripción del puesto de trabajo de cada trabajador, podrá extraer conclusiones a ese nivel más detallado de la experiencia en el lugar de trabajo. Cuando el epidemiólogo (en colaboración con un higienista industrial) dispone de información sobre las sustancias con las que trabaja una persona, éste sería el nivel más detallado de la información de que puede disponer sobre la exposición, salvo las raras ocasiones en las que se conoce la dosimetría. Es más, los resul- tados de estos estudios pueden facilitar a la industria información muy útil para crear lugares de trabajo más seguros.
Hasta ahora, la epidemiología ha sido una especie de disci- plina “caja negra”, ya que ha estudiado la relación entre exposi- ción y enfermedad (los dos extremos de la cadena etiológica), sin considerar los mecanismos intermedios. Este enfoque, a pesar de su aparente falta de refinamiento, ha sido extremadamente útil. De hecho, todas las causas conocidas de cáncer en el ser humano, por ejemplo, se han descubierto con las herramientas de la epidemiología.
El método epidemiológico se basa en los registros existentes: cuestionarios, descripción de los puestos de trabajo u otros “esti- madores” de la exposición. Con ellos, la realización de los estu- dios epidemiológicos y la interpretación de sus resultados resultan relativamente sencillas.

jueves, 22 de marzo de 2012

Cuestiones relacionadas con la epidemiología del trabajo

En los artículos de este capítulo se describen los principios y las herramientas de la investigación epidemiológica. Dichos artículos se centran en la evaluación de la exposición experimentada por los trabajadores y en las enfermedades que aparecen en estas poblaciones. En este capítulo se plantean también otras cues- tiones relacionadas con la elaboración de conclusiones válidas sobre las posibles relaciones causales entre la exposición a sustan- cias peligrosas y la aparición de enfermedades.
Determinar la historia de las exposiciones a las que ha estado sometida una persona durante toda su vida laboral constituye el núcleo de la epidemiología del trabajo. La información que puede facilitar un estudio epidemiológico depende, en primer lugar, de la calidad y la extensión de los datos disponibles sobre la exposición. En segundo lugar, los efectos en la salud (o las enfermedades) que interesan al epidemiólogo del trabajo tienen que determinarse con exactitud en un grupo de trabajadores claramente definido y accesible. Finalmente, el epidemiólogo debe disponer de datos sobre otros factores que puedan influir en la enfermedad de interés, de manera que cualquier efecto de las exposiciones profesionales que se demuestre en el estudio pueda atribuirse a la exposición profesional per se, en lugar de a otras causas conocidas de la enfermedad en cuestión. Por ejemplo, en un grupo de trabajadores expuestos a una sustancia química de la que se sospecha que produce cáncer de pulmón, es posible que algunos trabajadores fumen o hayan fumado, siendo esto otra causa de cáncer de pulmón. En este caso, los epidemiólogos del trabajo tienen que determinar qué exposición (o qué factor de riesgo: la sustancia química, el tabaco o una combina- ción de los dos) es responsable del aumento de riesgo de cáncer de pulmón en el grupo de trabajadores estudiado.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Epidemiología del trabajo (IV)

Esta primera descripción que se realizó de un cáncer profe- sional sigue siendo un modelo de lucidez. Se define claramente la naturaleza de la enfermedad, la profesión de los enfermos y el agente etiológico probable. Se indica una mayor incidencia de cáncer de escroto en los deshollinadores, aunque no se aportan datos cuantitativos para fundamentar esta afirmación.
Cincuenta años después, Ayrton-Paris observó en 1822 (Ayrton-Paris 1822) una elevada frecuencia de cáncer de escroto en los fundidores de cobre y estaño de Cornwall y supuso que el humo de arsénico podría ser el agente etiológico. Von Volkmann publicó en 1874 un informe sobre los tumores de piel en los trabajadores expuestos a parafina en Sajonia y, poco después, en 1876, Bell sugirió que el petróleo de esquisto bituminoso producía cáncer de piel (Von Volkmann 1874; Bell 1876). A partir de entonces, los informes sobre el origen profesional del cáncer se hicieron cada vez más frecuentes (Clayson 1962).
Una de las primeras enfermedades profesionales descritas fue el cáncer de pulmón en los mineros de Schneeberg (Harting y Hesse 1879). Un reciente estudio de casos ha demostrado que la epidemia de cáncer de pulmón en Schneeberg sigue siendo un grave problema de salud pública más de un siglo después de que se observara por primera vez, en 1879. En la historia de la medicina del trabajo pueden encontrarse algunos intentos de identificar un “incremento” en la enfermedad e incluso de cuantificarlo. Por ejemplo, como recuerda Axelson (1994), W.A. Guy estudió en 1843 la “tisis pulmonar” en los trabajadores de las imprentas y observó un riesgo mayor en los tipógrafos que en los prensistas; para ello utilizó un diseño similar al de los estu- dios de casos y controles (Lilienfeld y Lilienfeld 1979). Sin embargo, hasta principios del decenio de 1950 no se empezaron
a desarrollar la epidemiología moderna y su metodología. Las principales contribuciones a este desarrollo fueron los estudios del cáncer de vejiga en trabajadores expuestos a colorantes (Case y Hosker 1954) y del cáncer de pulmón en trabajadores expuestos a gases (Doll 1952).

martes, 20 de marzo de 2012

Situación actual de la salud y la seguridad en el trabajo (I)

El crecimiento económico y los cambios en la estructura de las principales industrias de numerosos países desarrollados se han asociado con una disminución de la exposición a los productos químicos peligrosos, tanto en lo que se refiere al nivel de exposi- ción, como al número de trabajadores expuestos. En conse- cuencia, los casos de intoxicación aguda, así como la incidencia de las enfermedades profesionales típicas, se reducen. Con todo, siguen observándose efectos aplazados o crónicos debidos a la exposición mantenida durante años (p. ej., la pneumoconiosis y el cáncer de origen profesional), incluso en los países más industrializados.
Al mismo tiempo, las innovaciones técnicas han introducido la utilización de sustancias químicas de reciente creación en los procesos industriales. En diciembre de 1982, para garantizar la protección respecto de estas nuevas sustancias, la OCDE adoptó una recomendación internacional sobre un Conjunto de Datos de Seguridad Mínimos Previos a la Comercialización.
Entretanto, ha seguido aumentando el nivel de estrés vincu lado a la vida en el lugar de trabajo y en otros ámbitos. La proporción de trabajadores aquejados de problemas relacionados con el abuso del alcohol y las drogas y el absentismo han crecido en muchos países industrializados.


lunes, 19 de marzo de 2012

PAISES INDUSTRIALIZADOS Y SALUD Y SEGURIDAD EN EL TRABAJO

La actividad económica, expresada en términos del producto nacional bruto por habitante (PNB), difiere considerablemente entre los países en desarrollo y los industrializados. De acuerdo con la clasificación del Banco Mundial, el PNB del país que encabeza la lista es unas cincuenta veces superior al del que ocupa la última posición. La proporción del PNB total mundial generada por los Estados miembros de la Organización para la Coopera- ción y el Desarrollo Económico (OCDE) es casi del 20 %.
Los países de la OCDE consumen casi la mitad de la energía mundial. Las emisiones de dióxido de carbono de los tres primeros representan un 50 % del total producido en el planeta; estos países son responsables de los principales problemas de contaminación mundial. No obstante, desde las dos crisis del petróleo de 1973 y 1978, han emprendido iniciativas de ahorro energético basadas en la sustitución de procesos anticuados por otros de mayor eficacia. Simultáneamente, las industrias pesadas, que consumen una gran cantidad de energía y requieren la realización de tareas arduas y la exposición a trabajos arriesgados o peligrosos, se han trasladado a países menos industrializados. En consecuencia, el consumo de energía en estos países aumentará en la próxima década y se agravarán los problemas relacionados con la contaminación medioam- biental y la salud y la seguridad en el trabajo.
En el transcurso del proceso de industrialización, muchos países experimentaron un envejecimiento de la población. En los principales Estados industrializados, las personas de 65 o más años representan entre el 10 y el 15 % de la población total. Esta proporción es significativamente superior a la que se registra en los países en desarrollo.
Tal disparidad refleja la existencia de tasas de reproducción y mortalidad inferiores en los países industrializados. Por ejemplo, la tasa de reproducción en estos países es inferior al 2 %, mien- tras que en áreas de Africa y Oriente Próximo se registran tasas superiores al 5 % y en un gran número de países en desarrollo son habituales las iguales o superiores al 3 %. El aumento de la proporción de trabajadoras, que ha pasado del 35 al 50 % de la población activa en los países industrializados (suele ser inferior al 30 % en los Estados menos industrializados) puede estar rela- cionado con el descenso del número de hijos.
La mejora del acceso a la educación superior está asociada con un aumento del porcentaje de profesionales liberales. Esta característica es otra de las disparidades significativas entre países industrializados y en desarrollo. En estos últimos, la proporción de este tipo de trabajadores nunca ha excedido del
5 %, lo que contrasta fuertemente con las cifras de los países nórdicos, donde se sitúa entre el 20 y el 30 %. El resto de los países europeos y norteamericanos están a medio camino entre ambos extremos, con una proporción de profesionales superior al 10 % de la población activa. La industrialización depende fundamentalmente de la investigación y el desarrollo, tareas vinculadas más con un exceso de estrés y tensiones que con los riesgos físicos característicos de gran parte de los trabajos realizado en los países en desarrollo.

domingo, 18 de marzo de 2012

Conclusiones TENDENCIAS DE LA SALUD EN EL TRABAJO EN EL AMBITO DE LOS PAISES EN DESARROLLO

En los países en desarrollo, la industrialización es un rasgo nece- sario del crecimiento económico y el desarrollo. Aunque este proceso puede tener efectos perjudiciales para la salud, el progreso económico asociado puede compensarlos. El objetivo es reducir al mínimo los problemas sanitarios y medioambientales y optimizar las ventajas de la industrialización. En los países desa- rrollados, la experiencia de los efectos adversos provocados por la Revolución Industrial dio lugar a una regulación del ritmo de desarrollo. En general, estos países han reaccionado adecuada- mente y han dispuesto del tiempo necesario para establecer toda la infraestructura necesaria para controlar los dos tipos de problemas indicados.
El reto a que se enfrentan actualmente los países en desarrollo que, debido a la competencia internacional, no pueden permi- tirse el lujo de regular su ritmo de industrialización, consiste en aprender de los errores y las soluciones de los países desarro- llados. A su vez, el reto para estos últimos estriba en ayudar a los primeros. Los países desarrollados no deben aprovecharse de los trabajadores de las áreas en desarrollo ni de su falta de capa- cidad financiera y de mecanismos de regulación, pues, a escala mundial, la contaminación medioambiental y los problemas de salud no respetan fronteras políticas ni geográficas.

sábado, 17 de marzo de 2012

La vigilancia de la salud de los trabajadores puede ser pasiva y activa (I)

En el caso de la vigilancia pasiva, se pide a los trabajadores enfermos o afectados que consulten a los profesionales de la salud en el trabajo. Este tipo de vigilancia sólo suele detectar enferme- dades sintomáticas y requiere que los profesionales sanitarios sean capaces de diferenciar los efectos de la exposición en el trabajo de otros efectos similares de exposiciones no profesionales.
En el caso de la vigilancia activa, los profesionales de la salud en el trabajo seleccionan y examinan a los trabajadores que padecen alto riesgo de sufrir enfermedades o lesiones relacio- nadas con el trabajo. Puede llevarse a cabo de diversas formas, incluidos los reconocimientos médicos periódicos de todos los trabajadores, los de trabajadores expuestos a peligros específicos
y la exploración selectiva y supervisión de grupos seleccionados de trabajadores. Las formas específicas de vigilancia sanitaria dependen en gran medida de los efectos potenciales sobre la salud de una determinada exposición profesional. La vigilancia activa es más apropiada para los trabajadores con un historial de múltiples exposiciones y para los que soportan mayores riesgos de enfermedad o lesión.
Los detalles sobre la vigilancia de la salud se encuentran en el Convenio de la OIT nº 161 y la Recomendación nº 171, que especifican que la vigilancia debe incluir, en los casos y condi- ciones establecidos por las autoridades competentes, todas las evaluaciones necesarias para proteger la salud de los trabaja- dores, entre las que pueden encontrarse:

• la evaluación de la salud de los trabajadores antes de que se les asignen tareas específicas que puedan entrañar un peligro para su salud o para la de los demás;
• evaluaciones de la salud a intervalos periódicos durante todo
empleo que implique una exposición a riesgos particulares para la salud;
• una evaluación de la salud de los trabajadores que reanudan el
trabajo tras una ausencia prolongada por motivos de salud, con la finalidad de descubrir sus eventuales orígenes profesio- nales, de recomendar una acción apropiada para proteger a los trabajadores y de adaptabilidad de los trabajadores a sus tareas
y la necesidad de una reclasificación y de una readaptación;
• evaluaciones de la salud al terminar y después de terminar asignaciones a puestos de trabajo que entrañen riesgos suscep- tibles de provocar juicios ulteriores para su salud o de contri- buir a tales perjuicios.

viernes, 16 de marzo de 2012

Vigilancia de la salud de los trabajadores

Debido a las limitaciones tecnológicas y económicas, a menudo no es posible eliminar todos los peligros para la salud en el lugar de trabajo. En estos casos, la vigilancia de la salud de los trabajadores pasa a ocupar un lugar primordial. Esta vigilancia comprende varias formas de evaluación médica de los efectos sanitarios de la exposición de los trabajadores a los peligros del lugar de trabajo.
Los objetivos principales de los reconocimientos médicos son evaluar la adecuación del trabajador para determinados trabajos, evaluar cualquier deficiencia sanitaria potencialmente relacionada con la exposición a agentes nocivos inherentes al proceso de trabajo e identificar los casos de enfermedad profesional con arreglo a la legislación nacional.
Los reconocimientos médicos no protegen a los trabajadores frente a los peligros para la salud ni sustituyen a las medidas de control adecuadas, que tienen carácter prioritario en la jerarquía de acciones, pero pueden ayudar a detectar circunstancias que hagan a un trabajador más vulnerable a los efectos de agentes peligrosos o signos de deficiencias sanitarias causadas por dichos agentes. Los reconocimientos deben realizarse en paralelo con la investigación del medio ambiente de trabajo, que proporciona información sobre exposición potencial en el lugar de trabajo y se emplea por los profesionales de la salud en el trabajo para evaluar los resultados obtenidos mediante la vigilancia sanitaria de los trabajadores expuestos.

jueves, 15 de marzo de 2012

Evaluación de los riegos para la salud

Para evaluar los riesgos para la salud en el trabajo se combina la información procedente de la vigilancia del medio ambiente de trabajo con datos de otras fuentes, tales como estudios epidemiológicos sobre profesiones y exposiciones determinadas y valores de referencia tales como límites de exposición profesional y estadís- ticas disponibles. Los datos cualitativos (por ejemplo, si la sustancia es cancerígena) y, en la medida de lo posible, cuantitativos (por ejemplo, cuál es el grado de exposición) pueden mostrar que los trabajadores están expuestos a peligros sanitarios y señalar la nece- sidad de adoptar medidas preventivas y de control.
Entre los pasos para la evaluación de riesgos para la salud en el trabajo se encuentran:
• la identificación de los peligros para la salud en el trabajo
(fruto de los resultados de la vigilancia sobre el medio ambiente de trabajo);
• el análisis del modo en que el peligro puede afectar al trabajador
(vías de entrada y tipo de exposición, valores límite umbral, relaciones dosis-efecto, efectos adversos potenciales para la salud, etc.);
• la identificación de los trabajadores o grupos de trabajadores expuestos a peligros específicos;
• la identificación de personas y grupos con puntos vulnerables especiales;
• la evaluación de las medidas actuales de prevención y control de peligros;
• la formulación de conclusiones y documentación de las conclu- siones de la evaluación;
• la revisión periódica y, en caso necesario, reevaluación.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Mecanismos: Programas informáticos

disponibles en los ordenadores personales individuales o a través de la red de la organización, juegos de ordenador o de vídeo orientados a la promoción de la salud.

martes, 13 de marzo de 2012

Mecanismos: Programas de deportes

organización de campeonatos internos, patrocinio de la participación individual en programas comu- nitarios, equipos de empresa.

lunes, 12 de marzo de 2012

Mecanismos: Comités

un grupo especial o comité interno para coordinar los programas referentes a la salud entre los distintos departamentos y divisiones y un comité paritario para determinar la orientación general del programa suelen resultar útiles. Asimismo, pueden crearse comités especiales para ciertas actividades.

domingo, 11 de marzo de 2012

Equipo de salvamento

En algunas situaciones de emergencia puede ser necesaria la utilización de un equipo de salvamento especializado para trasladar o rescatar a la víctima de un accidente. Aunque resulte difícil hacer predicciones, algunas situaciones de trabajo (como las que se dan en espacios cerrados, en alturas elevadas o debajo del agua) pueden estar unidas a una probabilidad elevada de este tipo de incidentes. El equipo de salvamento puede estar compuesto, entre otros elementos, por ropa protectora, mantas para la extinción de incendios, extintores, respiradores, aparatos de respiración autónomos, instrumentos de corte y gatos hidráulicos o mecánicos, así

como cuerdas, arneses y camillas especiales para trasladar a la víctima. Debe incluir además todo el material necesario para proteger al personal de primeros auxilios de las lesiones que pueda sufrir durante su prestación. Aunque las medidas iniciales de primeros auxilios deben aplicarse antes de mover al paciente, deben preverse también medios sencillos para transportar a una persona lesionada o enferma desde el lugar del accidente a las instalaciones de primeros auxilios. Siempre se debe disponer de camillas.

sábado, 10 de marzo de 2012

Equipo y material especializados

En caso de que existan riesgos específicos o poco comunes será necesario disponer de un equipo de primeros auxilios más amplio. Por ejemplo, si existe la posibilidad de intoxicación, se debe disponer de forma inmediata de antídotos introducidos en un recipiente individual, en el que se debe advertir claramente que su administración está sujeta a indicación médica. Existen largas listas de antídotos para muchas situaciones específicas. Los riesgos potenciales determinarán qué antídotos son necesarios.
El equipo y el material especializados siempre deben estar situados cerca de los lugares en los que puedan producirse acci- dentes y en la sala de primeros auxilios. El transporte del equipo desde una posición central, como el servicio de salud en el trabajo, hasta el lugar del accidente puede llevar demasiado tiempo.

viernes, 9 de marzo de 2012

Botiquines auxiliares

Debe haber siempre pequeños botiquines de primeros auxilios disponibles en aquellos casos en los que los trabajadores están fuera de un establecimiento, en sectores como la explotación forestal, la agricultura o la construcción; cuando trabajan solos, en pequeños grupos o en lugares aislados; cuando el trabajo conlleva el desplazamiento a zonas alejadas, o cuando se utilizan herramientas o piezas de maquinaria muy peligrosas. El contenido de estos botiquines, a los que también deben tener fácil acceso los trabajadores autónomos, varía según las circunstancias, aunque siempre debe incluir:
• varios apósitos de tamaño medio;
• una venda;
• un vendaje triangular;
• imperdibles.

jueves, 8 de marzo de 2012

Presentación clínica: Extensión a localizaciones distantes.

La dermatitis irritante perma- nece localizada en el área de contacto. La dermatitis alérgica de contacto, sobre todo si es aguda y grave, destaca por su tendencia a diseminarse más allá de la zona de exposición inicial. Este fenómeno puede explicarse por dos mecanismos. El primero, la autoeccematización, conocido también como reacción ide o síndrome de la piel excitada, consiste en un estado de hipersensibilidad de toda la piel en respuesta a una dermatitis localizada persistente o grave. La dermatitis de contacto sistémica, se produce cuando un paciente sensibilizado por vía tópica a un alergeno se expone de nuevo al mismo agente por vía oral o parenteral. En ambos casos, se desarrolla una dermatitis disemi- nada que puede confundirse fácilmente con un eccema de origen endógeno.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Presentación clínica: Morfología: Distribución

Distribución. El patrón peculiar y la distribución de las lesiones de una dermatitis permitirán al clínico sospechar su origen exógeno e identificar a veces el agente causal. Por ejemplo, los trazos lineales o serpiginosos de eritema y las vesículas sobre la piel descubierta son prácticamente diagnósticos de dermatitis de contacto por plantas, mientras que una reacción alérgica a los guantes de goma será más intensa en el dorso de las manos y alrededor de las muñecas.
El contacto repetido con el agua y con agentes limpiadores es responsable de la clásica “dermatitis de las amas de casa”, carac- terizada por eritema, descamación y fisuras de las puntas y el dorso de los dedos, así como afectación de la piel entre los dedos
(interdigital). En cambio, la dermatitis causada por la fricción de las herramientas o por el contacto con objetos sólidos tiende a localizarse en las palmas y en la zona inferior o superior de los dedos de las manos.
La dermatitis de contacto por irritantes causada por las partí- culas de fibra de vidrio afectará a la cara, las manos y los ante- brazos y será más intensa en las superficies de flexión, alrededor del cuello y de la cintura, donde el movimiento y la fricción de las ropas fuerzan la penetración de las partículas en la piel. La afectación de la cara, de los párpados superiores, los oídos y el área submentoniana sugiere una dermatitis de contacto transmi- tida por vía aérea. En una dermatitis por fotocontacto no se afectan las zonas protegidas del sol, como los párpados supe- riores y las zonas submentonianas y retroauriculares.

martes, 6 de marzo de 2012

Presentación clínica: Morfología: En la fase crónica

En la fase crónica, la vesiculación y la exudación se sustituyen por un aumento de la descamación, engrosamiento de la epidermis, que adquiere una coloración grisácea y un aspecto arrugado (liquenificación), y aparición de fisuras profundas dolo- rosas sobre las zonas de movimiento o traumatismos. Al cabo de varios años de dermatitis persistente puede desarrollarse un linfedema de larga duración.

lunes, 5 de marzo de 2012

Factores que influyen en la agudeza visual: Diplopia.

La agudeza visual es mayor en la visión binocular que en la monocular. La visión binocular requiere la unión de los ejes ópticos en el objeto observado, de forma que la imagen se refleje en las áreas correspondientes de la retina de ambos ojos. Esto es posible gracias a la actividad de los músculos externos. Si falla la coordinación de estos, pueden aparecer imágenes más o menos pasajeras, como sucede en la fatiga visual excesiva, causantes de sensaciones molestas (Grandjean 1987).

En resumen, el poder discriminatorio del ojo depende del tipo de objeto que debe percibirse y del ambiente luminoso en el que se determina; en la consulta médica, las condiciones son óptimas: contraste alto entre el fondo y el objeto, adaptación a la luz directa del día, caracteres de contornos nítidos, presentación del objeto sin límite de tiempo y cierta redundancia de señales (p. ej., varias letras del mismo tamaño en un gráfico de Snellen). Además, la agudeza visual determinada con fines diagnósticos es una operación máxima y única en ausencia de fatiga de acomo- dación. La agudeza clínica es, por tanto, una referencia inade- cuada del funcionamiento visual en el puesto de trabajo. Además, una agudeza clínica satisfactoria no significa necesariamente la ausencia de molestias en el puesto de trabajo, en el que las condi- ciones de comodidad visual individual rara vez se alcanzan. Como señala Krueger (1992), en la mayoría de los lugares de trabajo, los objetos que deben percibirse están borrosos y con escaso contraste, la luminosidad de fondo se distribuye de forma desigual y las fuentes de luz producen veladuras y efectos de adaptación local, etc. Según cálculos propios, los resultados clínicos no tienen demasiado valor predictivo respecto a la cantidad y naturaleza de la fatiga visual encontrada, por ejemplo, en el trabajo con monitores de representación visual. En un ensayo de laboratorio más realista, en el que las condiciones de determinación se ajustaron más a las condiciones de las tareas laborales, se obtuvieron resultados algo mejores (Rey y Bousquet
1990; Meyer y cols. 1990).
Krueger (1992) tiene razón cuando afirma que la exploración oftalmológica no es realmente apropiada en los campos de la salud laboral y la ergonomía, y que deberían desarrollarse nuevas pruebas o mejorar las existentes, y que habría que poner a disposición del médico de empresa los métodos de laboratorio existentes en la actualidad.

domingo, 4 de marzo de 2012

Factores que influyen en la agudeza visual: Movimientos del ojo o del objeto.

Se produce una pérdida de rendi- miento sobre todo con el movimiento rápido del ojo; no obstante, no se requiere una imagen totalmente estable para conseguir una resolución máxima. Se ha demostrado que las vibraciones del tipo de las generadas por la maquinaria de construcción o los tractores pueden afectar adversamente a la agudeza visual.

sábado, 3 de marzo de 2012

Factores que influyen en la agudeza visual: Tiempo de presentación del objeto

La capacidad de detección de un objeto depende directamente de la cantidad de luz que penetra a través del ojo, lo que a su vez está relacionado con la intensidad lumínica del objeto, la calidad de su superficie y el tiempo durante el que aparece (esto se sabe por las pruebas de presenta- ción taquiscópica). Si la duración de la presentación es inferior a 100-500 ms, disminuye la agudeza.

viernes, 2 de marzo de 2012

El medio ambiente

Esta enfermedad fue descrita originalmente entre los trabajadores de hilanderías de algodón, liño y cáñamo. En la primera fase del tratamiento del algodón en el interior de las hilanderías —la apertura de los fardos, la aireación y el cardado— más de la mitad de los trabajadores puede presentar síntomas de opresión torácica e inflamación de las vías aéreas. La incidencia disminuye a medida que el algodón es preparado, lo que refleja la sucesiva eliminación del agente causal presente en la fibra. La bisinosis se ha descrito en todos los países en los que se han llevado investigaciones en hilan- derías de algodón. Sin embargo, algunos países como Australia tienen cifras de incidencia inusualmente bajas (Gun y cols. 1983). En la actualidad existen pruebas concluyentes de que las endotoxinas bacterianas son el agente causal de la neumonitis tóxica y de la inflamación de las vías aéreas (Castellan y cols.
1987; Pernis y cols. 1961; Rylander, Haglind y Lundholm 1985; Rylander y Haglind 1986; Herbert y cols. 1992; Sigsgaard y cols.
1992). Se han descrito relaciones dosis-respuesta y se han indu- cido los síntomas típicos mediante inhalación de la toxina purifi- cada (Rylander y cols. 1989; Michel y cols. 1995). Aunque esto no excluye la posibilidad de que otros agentes pudieran contribuir a la patogenia, las endotoxinas pueden servir como marcadores del riesgo de padecer la enfermedad. Es improbable que las endotoxinas estén relacionadas con el desarrollo de asma profesional, pero podrían actuar como un coadyuvante de aler- genos potenciales en el polvo de algodón.

jueves, 1 de marzo de 2012

El asma profesional

El asma profesional se desarrolla en un pequeño porcentaje de la plantilla, pero habitualmente no se diagnostica en estudios transversales, ya que los trabajadores se ven forzados a abandonar el trabajo a causa de la enfermedad. La neumonitis por hipersensibi- lidad no se ha detectado en ninguno de los estudios epidemioló- gicos llevados a cabo, ni tampoco ha habido informes de casos relacionándola con la exposición al polvo de algodón. La ausencia de neumonitis por hipersensibilidad puede deberse a la cantidad relativamente baja de mohos presentes en el algodón, ya que el algodón mohoso no es aceptable para su preparación. El síntoma clásico de la exposición al polvo de algodón es una sensación subjetiva de opresión torácica, más frecuente los lunes (Schilling y cols. 1955). Sin embargo, no se trata de una caracte- rística exclusiva de la exposición al polvo de algodón, ya que también aparece en personas que trabajan con otros tipos de polvos orgánicos (Donham y cols. 1989). La opresión torácica se desarrolla lentamente a lo largo de varios años, pero también puede ser inducida en personas previamente no expuestas, siempre que el nivel de dosis sea elevado (Haglind y Rylander 1984). La presencia de opresión torácica no se relaciona directamente con un descenso del FEV1.
Todavía no se ha explicado la anatomía patológica que subyace a la opresión torácica. Se ha sugerido que los síntomas se deben a un aumento de la adhesividad de las plaquetas, que se acumulan en los capilares pulmonares y aumentan la presión de la arteria pulmonar. Es probable que la opresión torácica implique algún tipo de sensibilización celular, ya que son necesarias exposiciones repetidas para que aparezca. Esta hipótesis se ve apoyada por los resultados obtenidos en estudios de monocitos sanguíneos procedentes de trabajadores del algodón (Beijer y cols. 1990). Se encontró una mayor capacidad para producir factor procoagulante, indicativo de sensibilización celular entre los trabajadores de algodón en comparación con los sujetos de control.