miércoles, 29 de febrero de 2012

La inflamación de las vías

La inflamación de las vías aéreas es la enfermedad más extendida y presenta diferentes grados, desde una irritación leve de la nariz y las vías aéreas hasta una tos seca asociada a dificultad para respirar. La inflamación provoca constricción de las vías aéreas y una reducción del FEV1. La reactividad de las vías aéreas está aumentada, según queda determinado con una prueba de provocación con metacolina o histamina. Se ha discutido si la inflamación de las vías aéreas debería aceptarse como una entidad morbosa en sí misma, o si simplemente representa un síntoma. Dado que los hallazgos clínicos de tos intensa con estrechamiento de las vías aéreas puede conducir a una reducción de la capacidad de trabajo, está justificado considerarla como una enfermedad profesional.
La inflamación continuada de las vías aéreas a lo largo de varios años puede convertirse en una bronquitis crónica , en particular entre los trabajadores sometidos a una exposición elevada en las secciones de aireación y cardado. El cuadro clínico sería el de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

martes, 28 de febrero de 2012

Factores de carga de trabajo (IV)

En un estudio realizado en California se evaluaron los papeles de la actividad física, la obesidad y las lesiones de rodillas en el desarrollo de artrosis grave de rodilla (Kohatsu y Schurman 1990). En el estudio se analizaron 46 personas con gonartrosis y 46 personas sanas de la misma comunidad. Las personas con artrosis tenían una probabilidad dos o tres veces mayor que los controles de haber realizado un trabajo moderado o pesado en etapas anteriores de su vida, y una probabilidad 3,5 veces mayor de haber sido obesos a los 20 años de edad. Presentaban también una probabilidad cinco veces mayor de haber padecido una lesión de rodilla. No se observaron diferencias en las activi- dades de tiempo libre en los dos grupos.
En un estudio sueco de cohorte basado en registros (Vingärd y cols. 1991) fueron estudiados sujetos nacidos entre 1905 y 1945, residentes en 13 de los 24 condados de Suecia en 1980 y que figuraban que habían desempeñado la misma profesión manual en los censos de 1960 y 1970. Las ocupaciones manuales desa- rrolladas fueron clasificadas a continuación según se asociaran a una carga alta (superior a la media) o baja (inferior a la media) de la extremidad inferior. Durante 1981, 1982 y 1983 se determinó si la población del estudio solicitó atención hospitalaria por artrosis de rodilla. Entre los varones, los bomberos, agricultores y trabajadores de la construcción presentaron un riesgo relativo elevado de desarrollar artrosis de rodilla. Entre las mujeres, se observó que el mayor riesgo lo presentaban las limpiadoras.

lunes, 27 de febrero de 2012

Factores de carga de trabajo (III)

En Finlandia, Wickström comparó trabajadores del hormigón armado con pintores, pero no encontró diferencias en cuanto a discapacidad de las rodillas (Wickström y cols. 1983). En un estudio finlandés posterior se compararon los trastornos de rodilla en soladores e instaladores de moqueta y en pintores
(Kivimäki, Riihimäki y Hänninen 1992). Tanto el dolor como los accidentes de rodilla y las formas de uso (tratamiento) de las rodillas, así como la presencia de osteofitos alrededor de la rótula, fueron más frecuentes en los soladores e instaladores de moqueta que en los pintores. Los autores sugieren que el trabajo arrodillado aumenta el riesgo de padecer trastornos de rodilla, y que los cambios radiográficos observados podrían ser un signo inicial de degeneración de la rodilla.
En Estados Unidos se examinaron los factores asociados al proceso en la primera encuesta nacional de análisis de la salud y la nutrición (NHANES 1) para un total de 5.193 varones y mujeres de 35 a 74 años de edad, de los cuales 315 contaban con diagnóstico radiográfico de artrosis de rodilla, (Anderson 1988). Al investigar la carga en el trabajo, los autores caracterizaron las demandas físicas y la tensión por inflexión de las rodillas a partir de las denominaciones profesionales del diccionario de profe- siones del Departamento de Trabajo de Estados Unidos. En ambos sexos, las personas en las que la descripción de sus trabajos incluía la flexión frecuente de las rodillas tenían un riesgo de desarrollar una artrosis de rodilla más de dos veces superior al de las que no realizaban tales trabajos. Al controlar la edad y el peso en el análisis estadístico, los autores observaron que el 32 % de las artrosis de rodilla que se producían en estos trabajadores eran atribuible al tipo de trabajo.
En el estudio de Framingham de Estados Unidos se realizó un seguimiento epidemiológico durante más de 40 años a personas de Framingham, ciudad situada en las afueras de Boston (Felson 1990). Se comunicó la situación laboral en los períodos 1948-51
y 1958-61, y los resultados de los estudios radiológicos de búsqueda de artrosis de rodilla durante los años 1983-85. Se caracterizó el trabajo de cada persona por su nivel de demanda física y según estuviera asociado o no a la flexión de las rodillas. En este estudio también se observó que el riesgo de desarrollar artrosis de rodilla era doble en las personas que flexionaban mucho las rodillas y soportaban unas demandas físicas al menos medias en su trabajo.

domingo, 26 de febrero de 2012

Factores de carga de trabajo (II)

Se ha observado que, además de los agricultores, los trabaja- dores de la construcción, procesadores de alimentos (trabaja- dores en molinos de grano, carniceros y preparadores de carne), bomberos, carteros, trabajadores de astilleros y bailarines profe- sionales de ballet presentan un mayor riesgo de artrosis de cadera. Es importante tener en cuenta que una denominación profesional no describe adecuadamente por sí sola el estrés ejer- cido sobre una articulación, ya que el mismo tipo de trabajo puede significar cargas diferentes para distintos trabajadores. Además, la carga que interesa en un estudio es la presión exacta ejercida sobre una articulación. En un estudio realizado en Suecia se ha cuantificado retrospectivamente la carga de trabajo físico mediante entrevistas individuales (Vingård y cols. 1991). Los varones muy expuestos a cargas físicas debido a sus ocupa- ciones hasta los 49 años de edad presentaban un riesgo mayor del doble de padecer artrosis de cadera que aquellos con exposi- ción baja. Tanto las exposiciones dinámicas, como el levanta- miento de grandes pesos, como la exposición estática, en forma de permanencia prolongada en posición sentada y girada, pare- cieron ser igualmente perjudiciales para la articulación.
Se ha observado que el riesgo de artrosis de rodilla está aumentado en los mineros del carbón, estibadores, trabajadores de astilleros, soladores e instaladores de moquetas y otros traba- jadores de la construcción, bomberos, agricultores y limpiadores. Las exigencias físicas de moderadas a intensas en el trabajo, la flexión las rodillas y las lesiones traumáticas aumentan el riesgo. En otro estudio inglés realizado en 1968 se observó que los estibadores padecían más artrosis de la rodilla que los funciona- rios con ocupaciones sedentarias (Partridge y Duthie 1968).
En Suecia, Lindberg y Montgomery investigaron a los traba- jadores de un astillero y los compararon con oficinistas y maes- tros (Lindberg y Montgomery 1987). Padecían gonartrosis el
3,9 % de los trabajadores de astilleros, en comparación con el
1,5 % de los oficinistas y maestros.