jueves, 28 de abril de 2011

Cuestiones de salud en el trabajo y desarrollo

La salud de la población activa es un factor fundamental del desarrollo de un país. Al mismo tiempo, hay que reconocer y prevenir adecuadamente las dificultades y peligros potenciales que conlleva el desarrollo. No deben ignorarse los efectos dañinos que éste puede tener para la salud humana y el medio ambiente. La planificación puede constituir un instrumento de prevención de esos aspectos negativos.

miércoles, 27 de abril de 2011

Salud y desarrollo

Existe una estrecha relación entre salud, desarrollo y medio ambiente. Puede considerarse que, en ciertas circunstancias, la adopción de medidas de desarrollo incontroladas y agresivas encaminadas únicamente a fomentar la expansión económica afecta negativamente a la salud. Sin embargo, suele existir una relación positiva sólida entre la situación económica de un país y el estado de salud de su población, indicado por la esperanza de vida.
A pesar de esta vinculación positiva entre desarrollo y salud, aún no se ha reconocido convenientemente que la salud es una fuerza generadora de desarrollo. Debe admitirse que la salud es algo más que un producto de consumo. La inversión en este campo mejora el capital humano de la sociedad. A diferencia de las carreteras y los puentes, cuyos valores de inversión dismi- nuyen con el tiempo debido al deterioro, el rendimiento de los fondos dedicados a la salud pueden reportar amplios beneficios sociales durante la vida de las personas beneficiarias y la de sus descendientes. Hay que asumir que los daños para la salud que sufra un trabajador tendrán probablemente un efecto adverso sobre su rendimiento laboral, lo que resulta de especial interés para los Estados inmersos en procesos de rápido desarrollo. Por ejemplo, se estima que las deficiencias de la salud en el trabajo y la reducción de la capacidad laboral de los trabajadores puede provocar pérdidas económicas de entre el 10 y el 20 % del producto nacional bruto (PNB). Por otra parte, el Banco Mundial estima que dos tercios de los años de vida modificados por una discapacidad determinada por el trabajo (DALYS) podrían evitarse mediante la aplicación de programas de salud y seguridad en el trabajo. En este sentido, la prestación de un servicio de salud en el trabajo no debe considerarse un gasto nacional que ha de evitarse, sino una inversión necesaria para el desarrollo y la economía del país. Se ha observado que un nivel de salud en el trabajo alto está relacionado positivamente con un PNB por habitante elevado (OMS 1995). Los países que más invierten en salud y seguridad en el trabajo registran los mayores niveles de productividad y presentan las economías más sólidas, mientras que una inversión deficiente en este campo se asocia a la situación contraria. A escala mundial, se dice que cada traba- jador contribuye con 9.160 dólares al producto interior anual. Obviamente, el trabajador constituye el motor de las economías nacionales y debe mantenerse en perfectas condiciones de salud. El desarrollo da lugar a numerosos cambios en el tejido social, incluidos los sistemas de empleo y la transformación de los sectores productivos. En una primera etapa, la agricultura contribuye ampliamente al aumento de la riqueza nacional y absorbe la mayor proporción de la población activa. Posterior- mente, la función del sector primario comienza a declinar y prevalece la aportación de la industria. Por último, se llega a una situación en la que el sector de servicios se convierte en la prin- cipal fuente de renta, como ocurre en las economías avanzadas de los países industrializados. Esta evolución se comprueba fácil- mente comparando el grupo de NIC y el conjunto de Estados que integran la Asociación del Sudeste Asiático (ASEAN). Estos últimos pueden clasificarse como países en desarrollo de renta intermedia, mientras que los NIC se encuentran a medio camino entre el mundo en desarrollo y el industrializado. Singapur, miembro de la ASEAN, es también un NIC. Aunque una cuarta parte del PIB de los Estados de esta asociación procede de la agricultura, casi la mitad es aportado por los sectores industrial y manufacturero. Los NIC, por una parte, sobre todo en el caso de Hong Kong y Singapur, obtienen dos tercios de su PIB del sector de servicios, mientras que la contri- bución de la agricultura es mínima o nula. Es importante tener en cuenta este cambio de pautas para que los servicios de salud en el trabajo puedan atender las necesidades de la población activa de cada país en función de su fase de desarrollo (Jeya- ratnam y Chia 1994).
Con el desarrollo, además de esta transición en el lugar de trabajo, se produce otra en las pautas de enfermedad. Este cambio se asocia a una aumento de la esperanza de vida, consecuencia del crecimiento del PIB. Se ha observado que el desa- rrollo en general, o esta mejora de la esperanza de vida en particular, da lugar a una importante reducción de las muertes provocadas por enfermedades infecciosas, mientras que aumenta el número de defunciones por enfermedades cardiovasculares y cáncer.

martes, 26 de abril de 2011

Salud en el trabajo y desarrollo nacional

Es útil considerar la salud en el trabajo en el contexto del desarrollo nacional, puesto que ambos conceptos están íntimamente relacionados. Todas las naciones desean alcanzar un estado de desarrollo avanzado, pero son los países en desarrollo los que con más ansiedad (casi con exigencia) desean lograr este objetivo. La mayoría de las veces, las ventajas económicas que reporta su consecución son las más buscadas. No obstante, se acepta comúnmente que el auténtico desarrollo tiene un significado más amplio y engloba el proceso de mejora de la calidad de la vida humana, lo que incluye a su vez aspectos de progreso económico, mejora de la autoestima y aumento de la libertad de elección de las personas. A continuación se analiza la repercusión de este desarrollo en la salud de la población activa, es decir, la relación entre desarrollo y salud en el trabajo.
Aunque el producto interior bruto (PIB) apenas ha variado en el mundo en el período de 1965-1989, en los países en desarrollo se ha registrado un aumento casi diez veces mayor. Ahora bien, este rápido crecimiento económico debe contemplarse en un contexto de pobreza generalizada. En estos países habita un
75 % de la población mundial, pero sólo se genera un 15 % del producto interior mundial. En Asia, como ejemplo caracterís- tico, todos los países menos Japón se clasifican como parte del mundo en desarrollo. Sin embargo, debe reconocerse que su desarrollo no es uniforme, ni siquiera en el caso de los países asiáticos. Por ejemplo, Estados como Singapur, República de Corea, Hong, Kong y Taiwan (China) se agrupan actualmente bajo la denominación de países de reciente industrialización (NICs). A pesar de su arbitrariedad, esta clasificación refleja el paso por una etapa de transición de la condición de país en desarrollo a la de país industrializado. En cualquier caso, hay que admitir que no existen criterios inequívocos para definir un NIC. Algunas de sus características comunes más destacadas son la obtención de tasas de crecimiento elevadas y sostenidas, la reducción de las desigualdades de renta, el desempeño de un papel activo por parte de la Administración, una presión fiscal moderada, un Estado del bienestar subdesarrollado, una alta tasa de ahorro y la orientación de la economía a la exportación.

lunes, 25 de abril de 2011

TENDENCIAS DE LA SALUD EN EL TRABAJO EN EL AMBITO DE LOS PAISES EN DESARROLLO (II)



Un trabajador sano contribuye positivamente a mejorar la productividad y la calidad de los productos, así como la motivación y la satisfacción en el puesto de trabajo; de este modo, contribuye a la optimización general de la calidad de vida de las personas y de la sociedad, lo que convierte a la salud en el trabajo en un objetivo importante de las políticas de desarrollo nacional. Para alcanzar esta meta, la OMS ha propuesto recientemente una Estrategia global sobre salud en el trabajo para todos
(OMS 1995), en la que se definen los diez objetivos prioritarios siguientes:
• consolidación de las políticas nacionales e internacionales relativas a la salud en el trabajo y desarrollo de los instrumentos políticos necesarios;
• desarrollo de un medio ambiente de trabajo saludable;
• desarrollo de prácticas de trabajo saludables y promoción de la salud en el trabajo;
• consolidación de los servicios de salud en el trabajo;
• creación de servicios de apoyo a la salud en el trabajo;
• elaboración de normas sobre salud en el trabajo basadas en una evaluación de riesgos científica;
• desarrollo de recursos humanos para la salud en el trabajo;
• establecimiento de sistemas de datos y registro, desarrollo de servicios de información para expertos, transmisión de datos eficaz y fomento de la sensibilización de la población mediante la información pública;
• promoción de la investigación;
• desarrollo de la colaboración en materia de salud en el trabajo con otras actividades y servicios.

domingo, 24 de abril de 2011

Funciones y actividades de los servicios de salud en el trabajo

Para proteger y promover la salud de los trabajadores, un servicio de salud en el trabajo ha de atender las especiales necesidades de la empresa a la que presta sus servicios y de los trabajadores empleados en ella. Dada la amplísima gama y ámbito de las actividades económicas industriales, de fabricación, comerciales, agrícolas y demás, no es posible establecer un programa detallado de actividad o un patrón de organización y unas condiciones de funcionamiento del servicio de salud en el trabajo que sean adecuadas para todas las empresas y situaciones. Según el Convenio de la OIT sobre seguridad y salud de los trabajadores y medio ambiente de trabajo (nº 155) y el Convenio OIT sobre los servicios de salud en el trabajo (nº 161), la responsabilidad primaria respecto a la salud y la seguridad de los trabajadores reside en la empresa. Las funciones del servicio de salud en el trabajo son proteger y promover la salud de los trabajadores, mejorar las condiciones y el medio ambiente de trabajo y mantener la salud en la empresa en su conjunto mediante la pres- tación de servicios de salud en el trabajo a los trabajadores y asesoramiento especializado a la empresa acerca de cómo conseguir el máximo nivel de salud y seguridad en beneficio de la comunidad laboral de la que forma parte.
El Convenio de la OIT nº 161 y su Recomendación de acompañamiento nº 171 consideran que los servicios de salud en el trabajo tienen un carácter interdisciplinar, integral y que, aunque con tareas fundamentalmente preventivas, puede realizar también actividades curativas. Los documentos de la OMS que reclaman servicios para las pequeñas empresas y los trabajadores autónomos y agrícolas recomiendan la prestación de servicios por parte de las unidades de asistencia sanitaria primaria (Rantanen, Lehtinen y Mikheev 1994). Estos docu- mentos, así como las legislaciones y programas nacionales, recomiendan una aplicación paulatina, de modo que las actividades puedan adaptarse a las necesidades nacionales y locales y a las circunstancias existentes.
En teoría, el servicio de salud en el trabajo debería establecerse y actuar con arreglo a un programa de actividades adaptado a las necesidades de la empresa en la que opera. Sus funciones deberían ser adecuadas a los peligros profesionales y a los riesgos para la salud de la empresa, con especial atención a los problemas específicos de la rama de actividad en cuestión. A continuación se exponen las funciones básicas y más habituales de un servicio de salud en el trabajo.

sábado, 23 de abril de 2011

Objetivos de la práctica de salud en el trabajo (III)

Estos principios pueden considerarse aún relevantes con respecto a la evolución de las políticas y disposiciones de los países. Por otra parte, la formulación de objetivos de práctica de la salud en el trabajo como los recientemente aparecidos en leyes nacionales y el desarrollo de nuevas necesidades para la vida laboral parece recalcar las siguientes tendencias (OMS 1995a, 1995b; Rantanen, Lehtinen y Mikheev 1994):

• El ámbito de la salud en el trabajo se está ampliando para cubrir no sólo la salud y la seguridad, sino también el bienestar psicológico y social y la capacidad de llevar una vida social y económicamente productiva.
• La gama completa de objetivos va más allá del ámbito de las cuestiones tradicionales de salud y seguridad en el trabajo.
• Los nuevos principios van más allá de la mera prevención y control de los efectos perjudiciales para la salud y la seguridad de los trabajadores, para abarcar la promoción activa de la salud y la mejora del medio ambiente y la organización del trabajo.
En consecuencia, existe realmente una tendencia a la expansión del ámbito de los objetivos de la práctica de la salud en el trabajo hacia nuevos tipos de cuestiones con consecuencias sociales y económicas para los trabajadores.

viernes, 22 de abril de 2011

Objetivos de la práctica de salud en el trabajo (II)

En 1985, la OIT aprobó nuevos instrumentos internacionales [el Convenio sobre los servicios de salud en el trabajo (nº 161) y su Recomendación de acompañamiento (nº 171) (OIT 1985A, 1985B)] que definían los servicios de salud en el trabajo como titulares de funciones básicamente preventivas y encargados del asesoramiento al empleador, a los trabajadores y a sus represen- tantes en la empresa acerca de los requisitos necesarios para establecer y conservar un medio ambiente de trabajo seguro y sano que favorezca una salud física y mental óptima en relación con el trabajo, así como la adaptación del trabajo a las capacidades de los trabajadores, habida cuenta de su estado de salud física y mental.
En 1980, el Grupo de Trabajo OMS/Europa para la Evaluación de los Servicios de Salud en el Trabajo e Higiene Industrial (OMS 1982) definió el fin último de estos servicios como “la promoción de las condiciones de trabajo que garanticen el máximo grado de calidad de la vida laboral mediante la protección de la salud de los trabajadores, potenciando su bienestar físico, mental y social y previniendo la pérdida de la salud y los acci- dentes.”
El amplio estudio sobre los servicios de salud en el trabajo en los 32 países de la Región Europea realizado en 1985 por la Oficina Regional para Europa de la OMS (Rantanen 1990) señaló como objetivos los siguientes principios:
• proteger la salud de los trabajadores frente a los peligros en el trabajo (principio de protección y prevención);
• adaptar el trabajo y su medio ambiente a las capacidades de los trabajadores (principio de adaptación);
• potenciar el bienestar físico, mental y social de los trabajadores
(principio de promoción de la salud);
• minimizar las consecuencias de los peligros, accidentes y lesiones profesionales, así como de las enfermedades profesionales y las relacionadas con el trabajo (principio de curación y rehabilitación);
• prestar servicios de asistencia sanitaria general a los trabajadores y sus familias, tanto curativos como preventivos, ya sea en el lugar de trabajo o desde instalaciones cercanas (principio de asistencia sanitaria primaria general).

jueves, 21 de abril de 2011

Objetivos de la práctica de salud en el trabajo (I)

Los objetivos de la práctica de la salud en el trabajo inicialmente definidos en 1950 por el Comité Mixto OIT/OMS sobre Medi- cina del Trabajo establecían que:
La Medicina del Trabajo persigue la promoción y el mantenimiento del más alto grado de bienestar físico, mental y social de los trabajadores en todas las profesiones; la prevención de pérdida de la salud derivada de las condi- ciones de trabajo; la protección de los trabajadores en su empleo contra los riesgos derivados de factores adversos para la salud; la colocación y el mantenimiento del traba- jador en un ambiente de trabajo adaptado a sus capacidades fisiológicas y psicológicas. En resumen: la adaptación del trabajo al hombre y de cada hombre a su trabajo.
En 1959, a partir de los análisis del comité tripartito especial de la OIT (con representación de los gobiernos, las empresas y los trabajadores), la Cuadragésima segunda reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo aprobó la Recomendación nº 112 (OIT 1959), que definía el servicio de medicina en el trabajo como un servicio organizado en los lugares de trabajo o en sus inmediaciones, destinado:
• a asegurar la protección de los trabajadores contra todo riesgo que perjudique a su salud y que pueda resultar de su trabajo o de las condiciones en que éste se efectúa;
• a contribuir a la adaptación física y mental de los trabajadores, en particular por la adecuación del trabajo a los trabajadores y por su colocación en puestos de trabajo correspondientes a sus aptitudes;
• a contribuir al establecimiento y mantenimiento del nivel más elevado posible de bienestar físico y mental de los trabajadores.

miércoles, 20 de abril de 2011

Recogida de información y Materiales impresos

Recogida de información: encuestas a trabajadores; grupos diana.
Materiales impresos: libros, folletos (pueden distribuirse mediante expositores), envíos de publicidad, artículos en la revista de empresa, carteles.

martes, 19 de abril de 2011

Mecanismos

Los mecanismos empleados para el desarrollo de las actividades de promoción de la salud dependen del tamaño y la localización de la organización, del grado de centralización de la plantilla respecto a la geografía y los horarios de trabajo, de los recursos económicos, tecnológicos y de cualificación disponibles, de las características de la plantilla (en cuanto a niveles sociales y educativos) y del ingenio del director del programa.

lunes, 18 de abril de 2011

Servicios y políticas en el lugar de trabajo

Los servicios y políticas en el lugar de trabajo que completan los relacionados con actividades de salud y seguridad en el trabajo se refieren a la dotación de instalaciones para el aseo personal y taquillas, la prestación de servicios de lavandería en caso necesario, servicios de restauración que ofrezcan asesoramiento nutricional y una selección de alimentos beneficiosos, garantía de un lugar de trabajo con prohibición del consumo de tabaco y drogas, etc.

En general, a medida que se han desarrollado y difundido los programas y se ha generalizado la convicción de su eficacia, las actividades han aumentado en número y variedad. Con todo, algunas han sido objeto de una menor atención debido a una reducción de recursos provocada por presiones económicas o a su reasignación en áreas nuevas o más populares.

domingo, 17 de abril de 2011

Capacidad de afrontar problemas personales

Entre las cualificaciones necesarias en este ámbito figuran la gestión del estrés y la planificación previa a la jubilación. Asimismo, puede prestarse ayuda a los trabajadores que deben resolver problemas laborales y familiares, como la planificación familiar, los cuidados prenatales, la atención a personas a cargo, la paternidad, etc.

sábado, 16 de abril de 2011

Prestación de los primeros auxilios

El objetivo es aportar los conocimientos teóricos y prácticos básicos para la prestación de los primeros auxilios. En este nivel básico se incluyen, entre otras materias:

• heridas;
• hemorragias;
• fracturas óseas o articulares;
• heridas por aplastamiento (p. ej., en el tórax o abdomen);
• inconsciencia, especialmente si se acompaña de dificultad o parada respiratoria;
• lesiones oculares;
• quemaduras;
• hipotensión arterial o shock;
• higiene personal durante la manipulación de las heridas;
• cuidados de los dedos amputados.

viernes, 15 de abril de 2011

Formación básica

Los programas de formación básica suelen tener una duración mínima de 10 horas. Los programas pueden dividirse en dos partes: tareas generales que deben realizarse y práctica concreta de los primeros auxilios. Abarcan las áreas que se citan a continuación:

Tareas generales


• organización de los primeros auxilios;
• evaluación de la situación, la magnitud y la gravedad de las lesiones y de la necesidad de solicitar asistencia médica adicional;
• protección de la víctima frente a nuevas lesiones, sin riesgo para el socorrista; ubicación y utilización del equipo de salvamento;
• observación e interpretación del estado general de la víctima
(p. ej., inconsciencia, alteraciones respiratorias y cardiovasculares, hemorragia);
• ubicación, utilización y mantenimiento del equipo e instalaciones de primeros auxilios;
• plan de acceso a la asistencia adicional.

jueves, 14 de abril de 2011

Formación en Primeros Auxilios

La formación del personal de primeros auxilios es el factor más importante para la eficacia de la organización de este servicio. Los programas de formación han de ajustarse a las necesidades de la empresa, en especial al tipo de trabajo y a los riesgos consiguientes.

miércoles, 13 de abril de 2011

Nueva Zelanda

• Si están presentes más de cinco trabajadores, se designa un trabajador como responsable del equipo, el material y las insta- laciones de primeros auxilios.

• Si están presentes más de 50 trabajadores, la persona designada debe ser un profesional de la enfermería diplomado o titular de un certificado (expedido por la St. John’s Ambulance Association o la Cruz Roja de Nueva Zelanda).

martes, 12 de abril de 2011

MELANOMA MALIGNO (IV)



En estudios epidemiológicos se ha observado un aumento del riesgo de melanoma maligno en administradores y directivos, pilotos de líneas aéreas, trabajadores de fábricas de productos químicos, trabajadores de refinerías y personas expuestas a la gasolina, vendedores y empleados de almacenes. Se ha descrito un aumento del riesgo de melanoma en las siguientes industrias: producción de fibra de celulosa, productos químicos, textiles, productos eléctricos y electrónicos, industria del metal, productos minerales no metálicos, petroquímica, impresión y telecomunicaciones. Sin embargo, muchos de estos hallazgos son aislados y no se han confirmado en otros estudios. Una serie de metaanálisis de los riesgos del cáncer en granjeros (Blair y cols.
1992; Nelemans y cols. 1993) indicaron un exceso ligero, pero significativo (índice de riesgo agregado de 1,15) de melanoma maligno de la piel en 11 estudios epidemiológicos.

En un estudio multicéntrico de casos controles sobre el cáncer de origen laboral realizado en Montreal, Canadá (Siemiatycki y cols. 1991), las siguientes exposiciones laborales se asociaron a un aumento significativo del riesgo de melanoma cutáneo: cloro, emisiones de los motores de propano, productos de la pirólisis de los plásticos, polvo de tejidos, fibras de lana, fibras acrílicas, adhesivos sintéticos, “otras” pinturas, barnices, alquenos clorados, tricloroetileno y lejías. Se estimó que el riesgo de la población atribuible a exposiciones profesionales, según las asociaciones significativas en los datos del mismo estudio, era del 11,1 %.


lunes, 11 de abril de 2011

MELANOMA MALIGNO (III)

Se ha estimado que la reducción de la exposición recreativa al sol y la utilización de cremas de protección solar podrían reducir en un 40% la incidencia de melanomas malignos en las poblaciones de alto riesgo (IARC 1990). En los trabajadores al aire libre, la aplicación de cremas de protección solar con un factor de protección UV-B de 15 como mínimo y una protección frente a los rayos UV-A, junto con el uso de una ropa adecuada son medidas protectoras prácticas. Aunque el riesgo de las actividades laborales al aire libre es plausible, dada la mayor exposición a la radiación solar, los resultados de los estudios sobre la exposición laboral regular al aire libre son contradictorios. Esto se explica, probablemente, por los hallazgos epidemiológicos que indican que no es la exposición regular, sino la exposición intermitente a dosis elevadas de radiación solar lo que se asocia a un riesgo elevado de melanoma (IARC 1992b).
La inmunosupresión terapéutica puede aumentar el riesgo de melanoma maligno de la piel. Se ha descrito un aumento del riesgo con los anticonceptivos orales, pero no parece probable que aumente el riesgo de melanoma maligno de la piel (Hannaford y cols. 1991). Pueden inducirse melanomas con estrógenos en hamsters, aunque no existen indicios de este efecto en los seres humanos.
En la población adulta de raza blanca, la mayoría de los tumores malignos intraoculares primarios son melanomas, que se originan por lo general en los melanocitos uveales. Los índices estimados para estos cánceres no muestran las variaciones geográficas y la tendencia al aumento con el tiempo que se observa en los melanomas cutáneos. La incidencia y la mortalidad de los melanomas oculares son muy bajas en las pobla- ciones asiáticas y de raza negra (IARC 1990, Sahel y cols. 1993). Las causas del melanoma ocular se desconocen (Higginson y cols. 1992).

domingo, 10 de abril de 2011

MELANOMA MALIGNO (II)

El tratamiento de los melanomas malignos de la piel consiste en cirugía, radioterapia, quimioterapia y tratamiento biológico (interferón alfa o interleucina-2), aislados o en combinación. Durante el decenio de 1980, los índices de incidencia anual, estandarizados por edad, de melanoma maligno cutáneo osci- laron entre 0,1 por 100.000 en Khon Kaen, Tailandia, y alrededor de 30,9 en varones y 28,5 en mujeres en Queensland, Australia (IARC 1992b). Los melanomas malignos de la piel representan menos del 1% de todos los cánceres en la mayoría de la población. Se ha observado un aumento anual cercano al 5 % en la incidencia de melanoma en la mayoría de la población blanca entre el principio del decenio de 1960 y 1972. La mortalidad por melanoma ha aumentado en las últimas décadas en la mayoría de las poblaciones, pero con menor rapidez que la incidencia, probablemente a causa de la mayor precocidad de los diagnósticos y la toma de conciencia sobre la enfermedad(IARC 1985b, 1992b). Datos más recientes muestran índices diferentes de variación y en algunos casos se observa incluso una tendencia descendente de la incidencia.
Los melanomas malignos de la piel se encuentran entre los diez cánceres más frecuentes en Australia, Europa y Norteamé- rica, y el riesgo de padecerlos durante la vida es del 1-5 %. La población de piel blanca es más propensa que la población de otras razas. El riesgo de melanoma en la población blanca aumenta con la proximidad al ecuador.
La distribución por sexos de los melanomas cutáneos varía ampliamente en las poblaciones (IARC 1992a). Las mujeres presentan una incidencia menor que los varones en casi todas. Existen diferencias por sexos en los patrones de distribución corporal de las lesiones: el tronco y la cara predominan en los varones y las extremidades en las mujeres.
Los melanomas malignos de la piel son más comunes en las clases socioeconómicas más altas que en los grupos de clase más baja (IARC 1992b).
Los melanomas familiares son raros, pero están bien documentados. Entre el 4 y el 10 % de los pacientes refieren antece- dentes de melanoma en sus familiares en primer grado.
La irradiación UV-B solar es probablemente la principal causa del aumento generalizado de la incidencia de melanomas cutáneos (IARC 1993). No está claro si el agotamiento de la capa estratosférica de ozono y el consiguiente aumento de la irradiación UV ha provocado el aumento de la incidencia de melanoma maligno (IARC 1993, Kricker y cols. 1993). El efecto de la radiación UV depende de algunas características, como el fenotipo I y II y los ojos azules. Se sospecha que la radiación UV que emana de las lámparas fluorescentes puede desempeñar un papel, pero este aspecto no se ha demostrado de forma definitiva (Beral y cols. 1982).

sábado, 9 de abril de 2011

MELANOMA MALIGNO (I)

El melanoma maligno es menos frecuente que el cáncer de piel no melanocítico. Aparte de la exposición a la radiación solar, ningún otro factor ambiental muestra una asociación constante con el melanoma maligno cutáneo. No se ha establecido con seguridad ninguna asociación con la actividad laboral, con la dieta ni con factores hormonales (Koh y cols. 1993).
El melanoma maligno es un cáncer de piel agresivo (CIE-9 172.0 a 173.9; CIE-10: C43). Se forma a partir de células cutáneas productoras de pigmento, generalmente, de un nevus preexistente. El tumor tiene un grosor que oscila entre algunos milímetros y varios centímetros, es de color marrón o negro y ha aumentado de tamaño, cambiado de color, y puede sangrar o ulcerarse (Balch y cols. 1993).
Los indicadores de mal pronóstico del melanoma maligno de la piel son: subtipo nodular, grosor del tumor, tumores primarios múltiples, metástasis, ulceración, sangrado, larga duración del tumor, localización corporal y, en algunas localizaciones, el sexo masculino. El antecedente de melanoma maligno cutáneo aumenta el riesgo de melanoma secundario. Los índices de supervivencia cinco años después del diagnóstico en las zonas de alta incidencia del tumor son del 80-85 %, pero en las zonas de baja incidencia la supervivencia es menor (Ellwood y Koh 1994; Stidham y cols. 1994).
Existen cuatro tipos histológicos de melanoma maligno cutáneo. Los melanomas de diseminación superficial (MDS) representan el 60-70 % de todos los melanomas en la población blanca y menos en la población de otras razas. Los MDS tienden a progresar con lentitud y son más frecuentes en las mujeres que en los varones. Los melanomas nodulares (MN) constituyen el
15-30 % de los melanomas malignos cutáneos. Son invasivos, crecen con rapidez y son más frecuentes en el varón. Entre el 4 y el 10 % de los melanomas malignos cutáneos son melanomas malignos lentiginosos (MML) o manchas melanóticas de Hutchinson. Los MML crecen lentamente, suelen aparecer en la cara de personas de edad avanzada y rara vez metastatizan. Los melanomas lentiginosos acros (MLA) representan el 35-60 % de todos los melanomas malignos del la piel en la población de raza no blanca y el 2-8 % en la raza blanca. Suelen aparecer en la planta del pie (Bijan 1993).

viernes, 8 de abril de 2011

Prevención (del cáncer de piel profesional no melanocítico)

La utilización de una ropa adecuada y de una crema solar con un factor protector UV-B de 15 como mínimo contribuye a proteger a los trabajadores al aire libre expuestos a la radiación ultravioleta. Además, la sustitución de los materiales cancerígenos (como el almacenaje de alimentos) por alternativas no cancerígenas es otra medida protectora evidente que, sin embargo, no siempre puede aplicarse. El grado de exposición a los materiales cancerígenos puede reducirse mediante el uso de pantallas protectoras, ropa protectora y medidas higiénicas.
La educación de los trabajadores sobre la naturaleza del peligro y el valor y el sentido de las medidas protectoras es de importancia fundamental.
Finalmente, los cánceres de piel suelen desarrollarse en muchos años y la mayoría pasan por estadios premalignos antes de alcanzar su potencial pleno de malignidad, como sucede con las queratosis arsenicales y las queratosis actínicas. Estas fases iniciales se detectan con rapidez mediante inspección visual. Por este motivo, en los cánceres de piel existe la posibilidad real de reducir la mortalidad en los trabajadores que han estado expuestos a cualquier cancerígeno cutáneo si se realizan explora- ciones selectivas periódicas.

jueves, 7 de abril de 2011

Ejemplo de un gráfico de Snellen

Letras de Sloan para medir la visión de cerca (40 cm) (agudeza en valores decimales y en equivalentes de distancia).
Para ver mas grande click sobre la imagen

miércoles, 6 de abril de 2011

Dispositivos para pruebas visuales y detección selectiva

En salud laboral, existen en el mercado varios tipos de dispositivos para pruebas visuales de características similares: Orthorater, Visiontest, Ergovision, Titmus Optima C Tester, C45 Glare Tester, Mesoptometer, Nyctometer, etc.. Son pequeños; no dependen de la iluminación de la sala en que se realiza la prueba, ya que están dotados de un sistema de iluminación interna; en todos se incluyen varias pruebas, como la agudeza visual bino- cular y monocular de lejos y de cerca (casi siempre con caracteres que no pueden aprenderse), y también la percepción profunda, la discriminación grosera del color, el equilibrio muscular, etc. Puede determinarse la agudeza visual de cerca, en algunos casos para distancias cortas e intermedias del objeto de prueba. El dispositivo más reciente está dotado de un sistema electrónico que proporciona de forma automática por escrito las puntua- ciones obtenidas en las diferentes pruebas. Además, estos instrumentos pueden ser manejados por personal no sanitario tras un breve período de formación.
Los dispositivos para pruebas visuales están diseñados para la exploración selectiva previa a la contratación de trabajadores, o para realizar pruebas algún tiempo después, teniendo en cuenta los requisitos visuales del lugar de trabajo. En la Tabla 11.2 se indica el nivel de agudeza visual necesario para realizar actividades no especializadas y actividades muy especializadas, según el dispositivo de pruebas visuales utilizado (Fox, en Verriest y Hermans 1976).
Los fabricantes recomiendan estudiar la agudeza visual de los trabajadores si estos llevan gafas correctoras. Fox (1965), sin embargo, señala que este procedimiento puede dar lugar a resultados erróneos, por ejemplo, si se realizan pruebas a trabajadores con gafas demasiado antiguas respecto al momento de la prueba actual; por otro lado, los cristales pueden estar deteriorados por la exposición al polvo o a otros agentes nocivos.

También es muy frecuente el caso de personas que acuden a la sala de pruebas con las gafas erróneas. Fox (1976) sugiere, por tanto, que si “la visión corregida no alcanza un nivel de 20/20 en la visión de lejos y de cerca, el trabajador debe ser remitido a un oftalmólogo para que realice una evaluación adecuada y valore la necesidad del empleado en su puesto de trabajo actual”. En este artículo se mencionan más adelante otras deficiencias de los dispositivos de pruebas visuales.

martes, 5 de abril de 2011

Agudeza visual (II)

En la práctica optométrica, los objetos suelen ser letras del alfabeto (u objetos de formas familiares para los niños y las personas analfabetas). Sin embargo, cuando se repite la prueba, los gráficos deben presentarse con caracteres que no puedan aprenderse, para que no intervengan factores culturales ni educativos en el reconocimiento de las diferencias. Este es uno de los motivos por los que en la actualidad se recomienda en todo el mundo el uso de los anillos de Landolt, al menos en los estudios científicos. Los anillos de Landolt son círculos con un hueco y el sujeto debe identificar la posición del mismo. Salvo en las personas de edad avanzada y en los individuos con defectos de la acomodación (presbiopía), la agudeza visual próxima y remota son paralelas. En la mayoría de los trabajos se necesita un buen grado de agudeza visual de cerca y de lejos. Para evaluar la visión cercana existen gráficos de Snellen de diferentes tipos (Figuras 11.9 y 11.10). Este gráfico particular de Snellen debe mantenerse a 16 pulgadas del ojo (40 cm); en Europa hay gráficos similares para una distancia de lectura de 30 cm (la distancia adecuada para leer un periódico).
Al extenderse el uso de monitores de representación visual, VDU, ha aumentado el interés en la salud laboral por realizar pruebas a mayor distancia (60 a 70 cm, según Krueger (1992), con el fin de corregir de forma adecuada a los operadores que trabajan con VDU.

domingo, 3 de abril de 2011

Agudeza visual (I)

“La agudeza visual (AV) es la capacidad de discriminar con precisión los detalles de los objetos del campo visual. Se indica como la dimensión mínima de algunos aspectos críticos de un objeto de prueba que un sujeto puede identificar correctamente” (Riggs, en Graham y cols. 1965). Una buena agudeza visual es la capacidad para distinguir detalles pequeños. La agudeza visual define el límite de la discriminación espacial.
El tamaño retiniano de un objeto depende no sólo de su tamaño físico, sino también de su distancia al ojo; por tanto, se expresa como el ángulo visual (generalmente en minutos de arco). La agudeza visual es el valor inverso de este arco.
Riggs (1965) describe varios métodos de valoración de la “agudeza visual”. En la práctica clínica y laboral, la tarea de reconocimiento, en la que se pide al sujeto que nombre el objeto de prueba y localice algunos detalles de éste, es la que se emplea con más frecuencia. Por comodidad, en oftalmología, la agudeza visual se determina en relación a un valor “normal” utilizando gráficas que presentan una serie de objetos de tamaño diferente, que deben visualizarse a una distancia normalizada.
En la práctica clínica, los gráficos de Snellen son los más utilizados para valorar la agudeza visual; se emplean una serie de objetos de prueba en los que el tamaño y la anchura de los caracteres se ha diseñado para cubrir un ángulo de 1 minuto a una distancia normalizada que varía según los países (en Estados Unidos, 20 pies entre el gráfico y el sujeto de la prueba; en la mayoría de los países europeos, 6 metros). Por tanto, la puntuación normal de Snellen es 20/20. Asimismo, se dispone de objetos de mayor tamaño que forman un ángulo de 1 minuto de arco a distancias mayores.
La agudeza visual de un individuo se expresa como la relación AV = D/D, en la que D es la distancia de visualización normalizada y D, la distancia a la que el objeto de prueba más pequeño correctamente identificado por el individuo forma un ángulo de 1 minuto de arco. Por ejemplo, la AV de una persona es 20/30 si, a una distancia de visualización de 20 pies, sólo puede identificar un objeto que forma un ángulo de 1 minuto a 30 pies.


sábado, 2 de abril de 2011

Ambientes

Los polvos orgánicos son partículas transportadas por el aire de origen vegetal, animal o microbiano. En la Tabla 10.9 se relacionan ejemplos de ambientes, procesos de trabajo y agentes que conllevan un riesgo de exposición a polvos orgánicos.

viernes, 1 de abril de 2011

ENFERMEDADES CAUSADAS POR POLVOS ORGANICOS (II)

Con la introducción del procesamiento mecanizado de los materiales orgánicos, el tratamiento de grandes cantidades de materiales en un espacio cerrado y con una ventilación insuficiente condujo a niveles elevados de polvos transportados por el aire. A las descripciones del obispo Olaus Magnus y posteriormente de Ramazzini (1713) siguieron diversos informes sobre enfermedades y polvos orgánicos en el siglo XIX, particularmente entre trabajadores de hilanderías de algodón (Leach 1863; Prausnitz 1936). Posteriormente también se describió la enfermedad pulmonar específica de los granjeros que manipulaban materiales mohosos (Campbell 1932).
Durante los últimos decenios se han publicado un gran número de informes sobre enfermedades que afectaban a personas expuestas a polvos orgánicos. En un primer momento la mayoría se basaba en sujetos que solicitaban asistencia médica. Los nombres de las enfermedades, cuando se publicaban, a menudo estaban relacionados con el medio ambiente particular en el que se identificó por primera vez la enfermedad, lo que dio lugar a un conjunto desconcertante de nombres tales como pulmón del granjero, pulmón del cultivador de setas, pulmón pardo y fiebre por humidificador.

Con el advenimiento de la epidemiología moderna, se han obtenido cifras más fidedignas sobre la incidencia de las enfermedades respiratorias profesionales relacionadas con polvos orgánicos (Rylander, Donham y Peterson 1986; Rylander y Peterson 1990). También se avanzó en la comprensión de los mecanismos anatomopatológicos subyacentes a estas enfermedades, en particular en lo concerniente a la respuesta inflamatoria. (Henson y Murphy 1989). Estos acontecimientos prepararon el terreno para el planteamiento de una concepción más coherente de las enfermedades causadas por polvos orgánicos. (Rylander y Jacobs 1997).
A continuación se describirán los diferentes ambientes de polvos orgánicos en los que se han descrito enfermedades, las entidades morbosas en sí, la clásica enfermedad de la bisinosis y medidas preventivas específicas.