domingo, 25 de diciembre de 2011

Vigilancia del medio ambiente de trabajo (III)

Con los resultados del estudio directo debe elaborarse un inventario de riesgos, señalando todos los que sean propios de la empresa, necesario para calcular la potencial exposición y proponer medidas de control. A efectos de este inventario y para facilitar el diseño, puesta en práctica y evaluación de los controles, los peligros deben correlacionarse con los riesgos que suponen de resultados agudos o crónicos para la salud de los trabajadores y en función del tipo de peligro (por ejemplo, químico, físico, biológico, psicológico o ergonómico).
El siguiente paso es la valoración cuantitativa de la exposi- ción, necesaria para un evaluación más precisa de los peligros para la salud, que consiste en medir la intensidad o concentra- ción, la variación en el tiempo y la duración total de la exposi- ción, así como el número total de trabajadores expuestos. La medición y evaluación de la exposición suelen ser realizadas por especialistas en control de lesiones, ergónomos e higienistas del trabajo, y se basan en los principios del control medioam- biental, debiendo incluir, cuando sea necesario, el control del medio ambiente para recoger datos de exposición en un deter- minado medio ambiente de trabajo, así como el control de la exposición personal de un determinado trabajador o grupo de trabajadores (por ejemplo, expuestos a peligros específicos). La medición de la exposición es necesaria cuando los peligros son esperados o razonablemente previsibles, y debe basarse en el inventario completo de peligros, combinado con una evaluación de las prácticas de trabajo. Para establecer prioridades de inter- vención debe utilizarse el conocimiento de los efectos potenciales de cada peligro.

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