jueves, 31 de marzo de 2011

ENFERMEDADES CAUSADAS POR POLVOS ORGANICOS (I)

Los polvos de origen vegetal, animal y microbiano siempre han formado parte del medio ambiente del ser humano. Cuando los primeros organismos acuáticos se trasladaron a la tierra hace unos 450 millones de años, pronto desarrollaron sistemas de defensa frente a las numerosas sustancias nocivas presentes en el medio ambiente terrestre, la mayoría de origen vegetal. Las exposiciones a este medio ambiente no suelen causar problemas específicos, aunque las plantas contienen diversas sustancias extremadamente tóxicas, en particular las presentes en los mohos o producidas por ellos.
Durante el desarrollo de la civilización, las condiciones climáticas de ciertas partes del mundo hicieron necesario desarrollar determinadas actividades a cubierto. En los países escandinavos las labores de trillado se llevaban a cabo en el interior de las casas durante el invierno, una práctica mencionada por los cronistas de la antigüedad. La realización de procesos relacionados con polvos en recintos cerrados condujo al desarrollo de enfermedades entre las personas expuestas. Una de las primeras descripciones publicadas de este hecho procede del obispo danés Olaus Magnus (1555, según cita de Rask-Andersen 1988), el cual describió una enfermedad que aquejaba a los trilladores escandinavos en los siguientes términos:

“Al separar el grano de la barcia ha de tenerse cuidado de elegir un momento en el que sople un viento adecuado que se lleve de nuestro lado el polvo del grano, de tal forma que no dañe los órganos vitales de los trilladores. Es un polvo tan fino que de forma casi imperceptible penetra en la boca y se acumula en la garganta. Si esta situación no se resuelve rápi- damente bebiendo cerveza fresca, es posible que el trillador nunca vuelva a comer lo que ha trillado o sólo tenga oportunidad de probarlo durante un corto tiempo.”

miércoles, 30 de marzo de 2011

Conclusiones Asma Ocupacional

El AO se ha convertido en la enfermedad respiratoria de origen ocupacional más prevalente en muchos países. Es más frecuente de lo que generalmente se admite, puede ser grave y discapacitante, y en general se puede prevenir. La identificación precoz y las intervenciones preventivas eficaces pueden reducir de forma sustancial el riesgo de incapacidad permanente y los elevados costes humanos y económicos asociados al asma crónica. Por numerosas razones, el AO merece una atención más extendida entre los médicos, los especialistas en salud y seguridad, los investigadores, los creadores de la política sanitaria, los higienistas industriales y todas las personas y organismos interesados en la prevención de las enfermedades relacionadas con el trabajo

martes, 29 de marzo de 2011

Aspectos no médicos

Las recomendaciones mencionadas se basan exclusivamente en los aspectos referentes a la salud de la madre y del feto en relación con los requisitos del trabajo. No tienen en cuenta la carga de las actividades extralaborales, como el desplazamiento al centro de trabajo, el trabajo realizado en el hogar o el cuidado de los niños y otros miembros de la familia, que pueden ser en algunos casos incluso más exigentes que el propio trabajo. Cuando es preciso realizar una modificación o una restricción del trabajo, se debe considerar si ésta es pertinente en el trabajo, en el domicilio o en ambos.
Además, existen distintos aspectos no médicos que influyen a favor o en contra de la decisión de seguir trabajando, tales como la disponibilidad de prestaciones, la posibilidad de disfrutar de un permiso retribuido o la garantía de la conservación del empleo. A este respecto, es fundamental la cuestión de si la mujer se considera discapacitada. Algunas empresas parecen entender que todas las trabajadoras embarazadas están discapacitadas y tratan de excluirlas de sus plantillas, aun cuando muchas estén en condiciones de seguir trabajando. Otras parecen pensar que todas las trabajadoras embarazadas tienden
a exagerar su discapacidad para acogerse a cualquier prestación a su alcance. Y algunas piensan incluso que un embarazo, sea o no discapacitante, no es algo que les concierna necesariamente en absoluto. De ahí que el concepto de discapacidad sea complejo y, aunque basado fundamentalmente en descubrimientos médicos, implique aspectos legales y sociales.

lunes, 28 de marzo de 2011

La mujer no debe trabajar.

Es lo que sucede si el médico o la comadrona consideran que cualquier trabajo sería probablemente perjudicial para la salud de la mujer o la del feto en desarrollo.

Las recomendaciones no sólo deben detallar la necesidad de realizar modificaciones en el trabajo, sino también el período de tiempo en el que deben efectuarse y la fecha para el próximo examen profesional.

domingo, 27 de marzo de 2011

La mujer puede seguir trabajando, pero sólo con determinadas modificaciones del medio ambiente de trabajo o de sus tareas.

Esas modificaciones pueden ser “deseables” o “esenciales” (en el último caso, la mujer deberá interrumpir el trabajo si no pueden llevarse a cabo).

sábado, 26 de marzo de 2011

La mujer puede seguir trabajando sin cambiar sus actividades ni el medio ambiente de trabajo

Es lo que ocurre en la mayoría de los casos. Después de una amplia deliberación, el grupo especial sobre la discapacidad del embarazo compuesto por tocólogos, médicos y enfermeras de empresa y representantes de las mujeres pertenecientes al ACOG (American College of Obstetricians and Gyne- cologists) y el NIOSH (National Institute for Occupational Safety and Health) concluyó que “la mujer normal con un embarazo no complicado y cuyo trabajo no presenta mayores peligros que los existentes en la vida cotidiana normal de la comunidad puede seguir trabajando sin interrupción hasta el anuncio del parto y volver al trabajo a las pocas semanas de éste, si no ha sido un parto complicado” (Isenman y Warshaw 1977).

viernes, 25 de marzo de 2011

Factores de riesgo individuales: Herencia

En la artrosis están presentes factores hereditarios. Por ejemplo, la artrosis de cadera es una enfermedad rara en la personas de origen asiático, pero es más frecuente en la raza blanca, lo que sugiere un factor hereditario. La artrosis de tres o más articulaciones se denomina artrosis generalizada y presenta un patrón hereditario. Las vías hereditarias de la artrosis de rodilla no se conocen bien.

jueves, 24 de marzo de 2011

Factores de riesgo individuales: Enfermedades y cambios congénitos y del desarrollo

Los cambios precoces sufridos por la articulación, como las malformaciones congénitas, los causados por infecciones y similares, dan lugar a una progresión más temprana y rápida de la artrosis de cadera. Las piernas en O (genu varum) y las piernas en X (genu valgum) producen una distribución no uniforme de fuerzas sobre la arti- culación de la rodilla, por ejemplo, que puede tener cierta importancia para el desarrollo de artrosis.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Factores de riesgo individuales: Edad

La aparición de artrosis aumenta con la edad. Se ha reali- zado investigación radiológica de la artrosis de diferentes articula- ciones, sobre todo de rodilla y de cadera, en diferentes poblaciones, y se ha encontrado que la incidencia varía. La expli- cación podría radicar en diferencias étnicas o en variaciones de las técnicas de investigación y de los criterios diagnósticos.

martes, 22 de marzo de 2011

Artrosis

La artrosis es un trastorno articular degenerativo frecuente, en el cual el cartílago resulta más o menos destruido y la estructura del hueso subyacente está afectada. En ocasiones se acompaña de pocos síntomas, pero por lo general se produce dolor, cambios en la capacidad de trabajo y una menor calidad de vida. Es posible observar cambios articulares en las radiografías, y la persona que la padece suele acudir al médico por dolor, presente incluso en reposo, y disminución de la amplitud de movimiento. En los casos graves, la articulación puede quedar totalmente rígida, e incluso destruida. En la actualidad está bien desarrollado el tratamiento quirúrgico para sustituir la articulación destruida por una prótesis.
El estudio de las causas de la artrosis de cadera es difícil. El comienzo del trastorno suele ser difícil de determinar, y el desa- rrollo es por lo general lento e insidioso (es decir, la persona no sabe necesariamente que está ocurriendo). El criterio de valora- ción, con fines de investigación, puede ser diferente, y oscilar desde pequeños cambios radiológicos hasta trastornos sintomá- ticos que precisen cirugía. De hecho, los criterios de valoración utilizados para identificar el proceso pueden diferir debido a las diferentes tradiciones existentes en los distintos países, e incluso entre las diferentes clínicas en la misma ciudad. Estos factores causan problemas al interpretar los estudios de investigación.
La investigación epidemiológica trata de identificar asocia- ciones entre exposiciones como la carga física y consecuencias como la artrosis. Cuando se combinan con otros conocimientos, es posible encontrar asociaciones que podrían considerarse causales, aunque la cadena causa-efecto es complicada. La artrosis es frecuente en todas las poblaciones, y es preciso recordar que el proceso se da en personas sin exposiciones de riesgo conocidas, mientras que existen sujetos sanos en el grupo sometido a exposiciones de mucho riesgo y bien conocidas. Algunos de los contribuyentes a esta situación pueden ser las vías desconocidas entre la exposición y el trastorno, los factores sani- tarios desconocidos, los factores genéticos y las fuerzas de selección.

jueves, 3 de marzo de 2011

TENDENCIAS DE LA SALUD EN EL TRABAJO EN EL AMBITO DE LOS PAISES EN DESARROLLO

En el presente artículo se analizan algunas cuestiones específicas relativas a la salud en el trabajo que actualmente despiertan interés en los países en desarrollo y otras áreas del mundo. Los aspectos técnicos generales comunes a estos países y a los desarrollados (p. ej., plomo y pesticidas) no se tratan aquí, puesto que ya han sido abordados en otras secciones de la Enciclopedia. Además de las cuestiones relacionadas con los países en desarrollo, se examinan en este capítulo otras de reciente planteamiento que afectan a los países de la Europa oriental.
Se estima que, para el año 2000, ocho de cada diez trabajadores de la población activa mundial procederán de los países en desarrollo, lo que muestra la prioridad que debe otorgárseles para satisfacer sus necesidades fundamentales en materia de salud en el trabajo. La prioridad en este caso consiste en dotar a su población activa de un sistema de prestación de asistencia sanitaria. Esta necesidad es coherente con la definición de salud en el trabajo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la que se consigna el interés por la salud total del trabajador y no simplemente por las enfermedades profesionales. Como se señala en la Figura 20.1, el trabajador puede verse afectado por las enfermedades generales de la comunidad, como la malaria, así como por otras multifactoriales relacionadas con el trabajo, en las que el trabajo puede contribuir al desarrollo del proceso o agravarlo. Son ejemplos de este caso las enfermedades cardiovasculares, las psicosomáticas y el cáncer. Por último, hay enfermedades profesionales cuya causa esencial es la exposición en el lugar de trabajo, como la intoxicación por plomo, la sili- cosis y la sordera provocada por el ruido.
La OMS reconoce la existencia de una relación biunívoca entre trabajo y salud, como se expresa gráficamente en la Figura 20.2). El primero puede tener un efecto perjudicial o beneficioso sobre la segunda, mientras que el estado de salud de los trabajadores repercute en el trabajo y la productividad.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Estructuras legislativas para la práctica de la salud en el trabajo (V)

Durante los últimos años se han adoptado numerosas disposiciones en la Unión Europea, entre ellas una serie de directivas basadas en los principios formulados en la Directiva Marco, algunas complementarias a las sujetas a medidas de armoniza- ción técnica en preparación y otras relativas a riesgos específicos en sectores de alto riesgo. Entre los ejemplos del primer grupo se encuentran las directivas relativas a los requisitos mínimos de salud y seguridad en el lugar de trabajo, al uso de equipos de trabajo por parte de los trabajadores, al uso de equipos de protección personal, al manejo manual de cargas, al trabajo con equipos de pantallas de visualización de datos, al estableci- miento de señalización de seguridad y salud en el trabajo y a la puesta en práctica de las exigencias mínimas de seguridad y salud en lugares de construcción móviles o temporales. El segundo grupo incluye directivas tales como las relativas a la protección de los trabajadores frente a los riesgos relativos a la exposición al cloruro de vinilo monómero, el plomo metálico y sus compuestos iónicos, el amianto, las sustancias cancerígenas y agentes biológicos, y a la protección de los trabajadores mediante la prohibición de determinados agentes y tareas, entre otras (Neal y Wright 1992; CE 1994).
Se ha propuesto recientemente la adopción de otras directivas
(en concreto, sobre agentes físicos y químicos, actividades de transporte y lugares de trabajo, y equipo de trabajo) para conso- lidar algunas de las que ya están en vigor y racionalizar el plan- teamiento global de la seguridad y la salud de los trabajadores en estos campos (CE 1994).
Muchos nuevos elementos de las disposiciones y prácticas nacionales son una respuesta a los problemas de la vida laboral que surgen actualmente y contienen normas de desarrollo futuro de las infraestructuras de salud en el trabajo. Se refieren espe- cialmente a la programación, a escala nacional y de empresa, de actividades más exhaustivas con respecto a los aspectos psicosociales, de organización y de capacidad de trabajo, prestándose una atención especial al principio de participación. También se establece la aplicación de ciertos sistemas de gestión de calidad, auditoría y certificación de la competencia de los expertos y los servicios con respecto a los requisitos de la legislación sobre la materia. Así, estas disposiciones nacionales, al absorber el contenido sustantivo de los instrumentos de la OIT, con indepen- dencia de que éstos hayan sido ratificados o no, llevan a la paulatina aplicación de los objetivos y principios contenidos en los Convenios OIT nº 155 y 161 y del conjunto de la Estrategia HFA de la OMS.

martes, 1 de marzo de 2011

La Directiva Marco 89/391/CEE

La Directiva Marco 89/391/CEE contiene muchos aspectos de los Convenios OIT nº 155 y 161, que los 15 países de la Unión Europea aplicarán en sus leyes y prácticas nacionales.

Entre las principales disposiciones de esta Directiva en materia de salud y seguridad en el trabajo se encuentran:
• el desarrollo de una política global coherente de prevención a nivel de la empresa, que integre el medio ambiente de trabajo, la tecnología, la organización del trabajo, las condiciones de trabajo y las relaciones sociales;
• el deber de la empresa de garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores en todos los aspectos relacionados con el trabajo, incluida la prevención de los peligros del trabajo, la aportación de información y formación, así como la necesaria organización del trabajo, las medidas de control y los medios para realizar las actividades de salud en el trabajo en colaboración entre la empresa y los trabajadores;
• la indicación de que los trabajadores deben disfrutar de vigi- lancia sanitaria adecuada a los riesgos para la salud que soportan en el trabajo;
• el derecho de los trabajadores a recibir toda la información necesaria sobre los riesgos para la salud y la seguridad, así como la adopción de medidas preventivas con respecto tanto a la empresa en general como a cada tipo de puesto de trabajo y de tarea;
• la necesidad de que la planificación y la introducción de nuevas tecnologías esté sujeta a la consulta con los trabajadores
y sus representantes con respecto a la elección de los equipos, las condiciones de trabajo y el medio ambiente de trabajo para la seguridad y la salud de los trabajadores;
• la exigencia de que los principios generales de prevención incluyan los objetivos de evitar los riesgos; evaluar los riesgos que no se pueden evitar; combatir los riesgos en su origen; adaptar el trabajo a la persona, en particular en lo que respecta al diseño de los puestos, la elección del equipo y los métodos de trabajo y de producción; tener en cuenta la evolución de la técnica; sustituir lo peligroso por lo que entraña poco o ningún peligro; adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual y dar las debidas instruc- ciones a los trabajadores.