viernes, 3 de octubre de 2008

Salud mental en la intoxicación crónica

Los trastornos neuropsiquiátricos se han atribuido desde hace tiempo a la exposición a sustancias neurotóxicas. Las descripciones clínicas varían desde trastornos afectivos, incluidas ansiedad y depresión, hasta manifestaciones de comportamiento psicótico y alucinaciones. La exposición aguda a niveles altos de muchos metales pesados, disolventes orgánicos y pesticidas puede producir delirio. La “locura del manganeso” se ha descrito en personas con exposiciones prolongadas al manganeso, y el conocido síndrome del “sombrerero loco” se debe a intoxicación por mercurio. La encefalopatía tóxica del tipo 2a, caracterizada por alteraciones mantenidas de la personalidad consistentes en fatiga, labilidad emocional, alteración del control de los impulsos y del estado de ánimo y motivación general, se ha asociado a exposición a disolventes orgánicos. Cada vez son más las pruebas obte- nidas de estudios clínicos y de la población que muestran la persistencia de los trastornos de la personalidad con el paso del tiempo, mucho después de cesar la exposición, aunque otros tipos de deterioro pueden mejorar.
En el continuo que va del bienestar a la enfermedad, los cambios del estado de ánimo, la irritabilidad y la fatiga excesiva son a menudo los primeros indicios de sobreexposición a sustan- cias neurotóxicas. Aunque en los estudios en los centros de trabajo se revisan de forma sistemática los síntomas neuropsi- quiátricos, rara vez se presentan como un problema de salud mental con posibles consecuencias sobre el bienestar mental y social. Por ejemplo, las alteraciones del estado de salud mental afectan al comportamiento, contribuyendo a la dificultad de las relaciones interpersonales y a las desavenencias en el hogar; estas pueden agravar a su vez el estado mental. En lugares de trabajo con programas de ayuda a los empleados, dirigidos a ayudar a los trabajadores con problemas personales, la ignorancia de los potenciales efectos sobre la salud mental de la exposición a sustancias neurotóxicas puede hacer que el tratamiento vaya dirigido a los efectos, y no a las causas. Es interesante señalar que entre los numerosos brotes comunicados de “histeria masiva” o enfermedades psicógenas, las industrias con exposición a sustancias neurotóxicas están exageradamente representadas. Es posible que estas sustancias, que en su mayor parte no se cuantificaron, contribuyeran a los síntomas comunicados.
Las manifestaciones en la salud mental de la exposición a neurotoxinas pueden ser similares a las causadas por los factores de estrés psicosociales asociados a una mala organización del trabajo, así como a las reacciones psicológicas a accidentes, acontecimientos muy estresantes e intoxicaciones graves, que se denominan trastorno por estrés postraumático (comentado en otro lugar de esta Enciclopedia). Un buen conocimiento de la relación entre los problemas de salud mental y las condiciones de trabajo es importante para instaurar medidas preventivas y cura- tivas adecuadas.

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