miércoles, 10 de septiembre de 2008

Intoxicación crónica




El reconocimiento de los peligros de los productos químicos neurotóxicos ha llevado a muchos países a reducir los niveles de exposición permisibles. Sin embargo, para la mayoría de éstos productos todavía se desconoce el nivel con el que no se produ- cirán efectos adversos tras la exposición prolongada. La exposi- ción repetida a niveles bajos o medios de sustancias neurotóxicas durante muchos meses o años puede alterar las funciones del sistema nervioso de forma insidiosa y progresiva. La interferencia continua con los procesos moleculares y celulares hace que las funciones neurofisiológicas y psicológicas experimenten lentas alteraciones, que inicialmente pueden pasar inadvertidas debido a la existencia de grandes reservas en los circuitos del sistema nervioso, por lo que en las primeras etapas el daño puede compensarse mediante nuevos aprendizajes.
Por lo tanto, la lesión inicial del sistema nervioso no va necesariamente acompañada de trastornos funcionales y puede ser reversible. Sin embargo, a medida que el daño progresa, los síntomas y signos, a menudo de naturaleza inespecífica, se hacen evidentes y es posible que los individuos soliciten atención médica. Finalmente, el deterioro puede llegar a ser tan grave que se manifieste un síndrome clínico evidente, generalmente irreversible.
En la Figura 7.8 se esquematiza el deterioro continuado de la salud asociado a la exposición a sustancias neurotóxicas. La progresión de la disfunción neurotóxica depende tanto de la duración como de la concentración de la exposición (dosis), y pueden influir en ella otros factores del lugar de trabajo, el estado de salud y la sensibilidad de cada persona y el estilo de vida, especialmente el consumo de alcohol y la exposición a sustancias neurotóxicas utilizadas en actividades de ocio, como las colas utilizadas para el montaje de muebles o la construcción de maquetas de plástico, las pinturas y los disolventes de pintura. Para la identificación de enfermedades relacionadas con neurotoxinas en cada trabajador se adoptan diferentes estrate- gias, así como para la vigilancia del deterioro precoz del sistema nervioso en trabajadores activos. El diagnóstico clínico se basa en una constelación de signos y síntomas, junto a la historia médica y de exposición de un individuo; deben descartarse de forma sistemática otras etiologías distintas a la exposición. Para la vigilancia del deterioro precoz en los trabajadores activos, es importante un retrato colectivo de la disfunción. Lo más frecuente es que el patrón de disfunción observado para el grupo sea similar al patrón de deterioro clínico observado en la enfer- medad. Es algo parecido a sumar las alteraciones leves precoces para obtener un cuadro de lo que está sucediendo en el sistema nervioso. El patrón o perfil de la respuesta global precoz da una indicación de la especificidad y el tipo de acción de la sustancia o mezcla neurotóxica concreta. En lugares de trabajo con exposición potencial a sustancias neurotóxicas, la vigilancia sanitaria de grupos de trabajadores puede resultar especialmente útil para la prevención y la adopción de medidas en el lugar de trabajo que eviten el desarrollo de una enfermedad más grave (véase la Figura 7.9). Estudios realizados en lugares de trabajo de todo el mundo con trabajadores activos expuestos a sustancias neurotóxicas concretas, o a mezclas de varios productos químicos, han proporcionado información valiosa sobre las manifestaciones precoces de disfunción del sistema nervioso en grupos de trabajadores expuestos.

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