martes, 15 de mayo de 2007

Glándulas salivales


Se ha observado un aumento de la secreción salival en las situaciones siguientes:



en distintas estomatitis agudas y crónicas, debido sobre todo a la acción irritante de las sustancias tóxicas; a veces es de gran intensidad. Por ejemplo, en la intoxicación crónica por derivados del mercurio, el síntoma es tan marcado y aparece en una fase tan precoz, que los trabajadores ingleses lo han denominado “enfermedad de la saliva”;


en casos de intoxicación con afectación del sistema nervioso central, como sucede en la secundaria al manganeso. Sin embargo, incluso en la intoxicación crónica por mercurio, se cree que la hiperactividad de las glándulas salivales es, al menos en parte, de origen nervioso;
en casos de intoxicación aguda por pesticidas organofosforados que inhiben las colinesterasas.



Existe disminución de la secreción salival en los trastornos graves de la termorregulación (golpe de calor, intoxicación aguda por dinitrocresol) y en la alteración grave del equilibrio hidroelectrolítico durante el fracaso hepatorrenal de origen tóxico.
En los casos de estomatitis aguda o crónica, el proceso inflamatorio puede afectar también, a veces, a las glándulas salivales.
En el pasado, se comunicaron casos de “parotiditis saturnina”, pero este proceso es tan raro hoy día que parece justificado dudar de su existencia real.

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